Entertainer | Dylmas.

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Fuimos empujados y caímos de golpe, logrando emitir un sonido seco y retumbante dentro de la oficina. La alfombra color vino con algunos diseños suecos, comprados en quién diablos sabe, colocado sobre el piso de madera caoba, lacada y bien pulida, logró que la brusca caída, no doliera mucho y amortiguara un poco. Quejé un poco debido al ardor en mis brazos, que recibieron la caída. Dylan me miró preocupado, asustado, quiso acercarse a mí, pero rápidamente fue sujetado de ambos brazos fuertemente por dos matones, alzándolo, para después doblar sus brazos por detrás de su espalda. Se removió, trató de safarce pero era imposible. Tal vez porque no era el momento adecuado para hacerlo. Teníamos que esperar. Yo, aún en el suelo, llevé mí mano disimuladamente hacia mí oído, colocando bien el pequeño comunicador para que no se resbale y pueda funcionar bien.

El ambiente se tornó frío, tenso, pesado, y olí el fuerte y nauseabundo olor a tabaco. Sabía que él se encontraba en el mismo lugar que nosotros, pero no como una reunión de jefe y trabajador. Temí por nosotros al instante, llevando mí mente a escenas y suposiciones, para nada agradables. Sentí mí corazón latir apresuradamente al oír sus pisadas retumbar por el lugar. Caminó tranquilamente, sin cuidado alguno, sabiendo perfectamente quién gana y quién no. Sabiendo que él tiene más poder sobre nosotros. Sentí mis ojos aguarse, pero me reprendí nunca más llorar, no a él, no frente a él. No le daré más satisfacciones con eso ni con ningún otro acto de parte mía. Alzé la mirada, y lo ví destapando una botella de tequila, para después servirlo en un vaso con hielo en ella. Se volteó y se encontró con mi mirada, logrando un poco de temblor y escalofrío recorrer mí cuerpo entero. Aún provocaba aquellas reacciones en mí y lo odiaba con todas mis fuerzas.

La habitación estaba iluminada por un candelabro en el techo con rascacielos pintados de marrón brillante, algunas lámparas en cada esquina, emitiendo luz amarilla-anaranjado por todo su radio posible, logrando mostrar al salón un lugar escalofriante y antañero. Todo estaba en su lugar, el librero, situado en la pared derecha, escondiendo informes y pruebas que lo llevarían a la cárcel, documentos y recibos falsos, anotaciones y fechas, como lugares también. A la pared izquierda, el pequeño bar, con licores de toda marca y tamaño posible. Frente a mí, su magestuoso despacho, con una serie de papeles, posiblemente falsos, redactado de sus planes, compras y ventas ilícitas e informarles. Todo alrededor es una mentira en papeles y cosas con valor cero para mí. Pero para él, son los más brillante trofeos de su vida. Maldito ladrón.

—¿Creíste que me tenías, verdad, Tom? —su voz ronca me sobresaltó, sacándome de mis pensamientos.

Lo miré ceñudo, angustiado y receloso, con cautela y alerta posible. Se llevó el vaso a su boca y tragó su bebida, mirándome en todo momento.

—Nunca me veniste venir, ¿o sí? —preguntó de nuevo con una sonrisa que me inquieta—. Con cada paso que daban, puede que yo los haya visto todo, no es como si no fuera a enterarme de todo, sabiendo que manejo todo aquí o en cualquier lugar.

Se cruzó de brazos y se sentó en el borde de su despacho, frente a mí y a Dylan, quien no dejaba de asesinarlo con su mirada, sujeto de ambos brazos aún.

—Levántate —ordenó mirándome con esos fríos y desquiciados ojos azules.

Me levanté lentamente, no por aquella orden, sino midiendo el tiempo y los movimientos alrededor. Teníamos que ganar tiempo y eso era algo que él, desgraciadamente también manejaba.

—Tom, Tom, Tom —canturreó escudriñándome burlonamente—. No puedo creer que seas tan idiota al creer que sus jueguitos —nos señaló a mí y a Dylan con desdén—, les vaya a dudar por mucho tiempo. Estoy muy avergonzado, Tom —fingió decepción y me aguanté los impulsos de golpear su rostro.

Nos miró unos momentos, de uno a otro, haciendo una mueca. Viendo qué hacer con nosotros. Analizando cada situación y posible fin para nosotros.

20 Songs Challenge | Dylmas/Newtmas ✔️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora