Lentamente Jisoo se acercó al musculoso joven que yacía quieto en la pared.-¿Que harás?- pregunta Chris.
-No hables, has lo que tienes que hacer y cállate- ordena la rubia.
Jisoo se mantiene en silencio y se acerca a Christopher.
Besa suavemente los labios del pelinegro. Éste entreabre los labios y corresponde.
Duraron así unos veinte segundos, hasta que una mano se interpone entre los dos, separándolos.
-Mucho, ¿No creen?- habla la rubia con la mandíbula apretada.- Quiero ver acción, no esto-
Jisoo quitó la tijera de la rubia, rozando los dedos con esta y mirándola fijamente preguntando con la mirada si tenía que seguir.
La rubia asintió firmemente.
Kim cortó toda la ropa del pelinegro dejándolo solo en ropa interior, éste tragó saliva fuerte.
La pelinegra bajó sus labios por el cuello, pecho y por último, rompió también los bóxers de este, dejándolo al fin desnudo.
Subió otra vez hasta su cuello, dejando marcas mientras su mano acariciaba el miembro de este de arriba hacia abajo, masturbando poco a poco.
Los pequeños jadeos salían de los labios de Chris, y Jisoo sin querer, se sentía asqueada. No se sentía igual de cómoda que con Rosé.
Con ayuda de la rubia, sentó al pelinegro en una silla de madera que se encontraba cerca.
Ya estando el chico sentado, fue hacia abajo otra vez y metió el miembro en su boca, haciendo un oral básico, solo adentrando la parte superior del pene.
Chan lanzó un gemido alto y Rosé ardió en rabia, ya no aguantaba las ganas de matar al más alto.
Unos segundos después, Jisoo se puso de pie, para sentarse en las piernas del muchacho.
Miró hacia atrás, buscando la mirada de la rubia en un intento de encontrar un gesto negativo, pero ésta solo la miró neutra.
Bajó poco a poco, metiendo el miembro del chico en su centro, y el dueño de este, gimió más alto mientras la pelinegra trataba de acostumbrarse a la incomodidad de tener otra cosa que no fueran los dedos de Rosé dentro de ella.
Unos treinta segundos después, empezó con un ligero vaivén en las caderas para, finalmente, dar pequeños saltos alrededor del miembro del australiano.
Unos 40 segundos después, los gemidos del chico eran más agudos y la respiración era más rápido.
-Salte, no queremos a un tercer intruso- habló la rubia y tomó las caderas de la más baja y la puso de pie nuevamente.- Has que termine- habló nuevamente.
Jisoo bajó sus manos al miembro de este y masturbó rápidamente. A los pocos segundo, los chorros de semen salían disparados en el piso y otra parte en la mano de la pelinegra.
Rosé miró fijamente el líquido espeso en la mano de la pelinegra.
Jisoo notó la mirada y se llevó la mano a su boca, con la intención de lamerla.
Rosé fue más rápida y detuvo el movimiento.
-¿Que crees qué haces?- preguntó con furia.
-Creí que tú...-
-No creíste nada, no se te ocurra otra vez intentar hacerlo- interrumpió con rabia.
-¿Ya me pueden desatar?- se entrometió el chico a la conversación.
-¿Desatarte?- la rubia río.- Pero si la diversión apenas empieza, hombre-
El chico sonrío pervertidamente. La sonrisa se borró inmediatamente al ver a la neozelandesa sacar de su espalda un cuchillo filoso.
-¿Quieres empezar, amor?- pregunta la rubia a su mayor.
-¿Empezar? N-no quiero hacer esto. Y no sé hacerlo, Rosie- respondió con ojos llorosos.
-Para eso estoy yo, querida. Te enseñaré- sonrió.-Tómala, y no se te ocurra hacer algo- la pelinegra negó rapidamente.
Roseanne dirigió nuevamente a Jisoo hasta el chico, y tomó la muñeca de está entre sus manos y con su ayuda, cortó lentamente la mejilla del australiano, ganando como recompensa un grito agudo de éste.
Jisoo saltó cuando vió el chorro de sangre que caía por la cara del hombre al frente de ella.
Rosé la hizo empuñar aún más el cuchillo y comenzó a hacer presión con este en el antebrazo de Christopher, casi llegando a cortar el pedazo.
Se veía toda la carne abriéndose en dos y mientras Jisoo estaba temblando, Rosé sonreía y le excitaba de sobremanera ver a Jisoo vulnerable.
Besó el cuello de la pelinegra intentando calmarla.
Clavó una vez más el cuchillo en el muslo izquierdo del chico y lo arrastró hasta abajo, abriendo la pierna en dos pedazos.
Las lágrimas del tipo corrían por su cara y gritaba a más no poder.
-Pasa el cuchillo por la garganta y no lo hagas sufrir más, Kim- habló finalmente la rubia, alejándose de Jisoo e incitando a que acabara con la vida del chico.
-¿Q-que? No sé hacerlo, no me obligues a hacer esto- habló desesperada Jisoo.
-Hazlo, Kim. No lo pienses tanto, solo has un corte horizontal en su garganta- aconseja.
-No, por favor. Juro no decir nada pero no lo hagas- gritaba en desesperación el pelinegro observando con temor a la pelinegra.
Jisoo volteó a ver a la rubia y ésta negó.
-Hazlo, Kim. Ya- ordenó la rubia.
Jisoo apretó el cuchillo en su mano y, como dijo Roseanne, hizo un corte horizontal en el centro de la garganta.
Un chorro de sangre salió disparado en su cara, Jisoo tapó rápidamente se cubrió con sus manos tratando de evitar que cayera más sangre sobre su rostro.
Cuando el chico cayó inconsciente, Jisoo destapó su rostro, viendo lo que hizo.
Había matado a una persona.
Le quitó la vida a una persona que no lo merecía, debía seguir aquí. Ella no tenía que hacerlo, no debía. No tenía que acabar con la vida de ese joven que, al igual que ella, quería cumplir sus metas.
Jisoo seguía en shock y con lágrimas en los ojos, mientras que Rosé miraba la escena, excitada como nunca.
La vista era lo mejor; Jisoo lagrimeando, con sangre en su rostro y manos, mientras el cadaver del chico estaba a un lado.
Se acercó rápidamente a Jisoo y la besó desesperadamente.
Jisoo no correspondió porque seguía en un estado de shock, grave error.
Primer golpe en la cara.
-¿No piensas seguir?- nuevo golpe.- No me rechaces, maldita sea- besó desesperadamente otra vez, está vez siendo correspondida.
Otra vez abusó de ella.
A Jisoo le empezaba a gustar este juego.
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This Love (Only) Hurt Us - Chaesoo (BLACKPINK)
FanfictionA Roseanne Park le gusta Kim Jisoo, pero lastimosamente esta ni siquiera es notada por la última mencionada. Tomará el riesgo de acercarse a su amor, pero no cuenta con que su obsesión se hará cada vez más grande. Oh Kim, no sabes con quién te meti...