ONE REASON •SOQI• ||AU||

•15•

Yuqi

Abrí los ojos lentamente mientras miraba a todos lados.

¿Dónde demonios estaba?

-Oh, despertaste- Di un pequeño saltó sobre la cama al escuchar una voz, gire la mirada hacia la puerta que era de dónde provenía y me encontré con una chica de cabello castaño -Chicas, despertó- Gritó mientras daba unos pasos hacia atrás, pero en segundos se volvió a acercar a mi -¿Cómo te sientes?

-¿Bien?- Ladee suavemente la cabeza.

-Eres adorable- Ella puso su mano sobre mi frente, pero por inercia la aleje de un monatazo haciendo que retrocediera, la había asustado.

-Lo siento- Baje la cabeza, tenía ese tipo de reacciones siempre que alguien intentaba tocarme.

-Está bien- Ella sonrió amablemente, no parecía una mala persona.

-Oh, pareces tener un buen aspecto ahora- Dos chicas entraron a la habitación, una tenía el cabello azul mientras que la otra era pelirroja.

-S-si- Me levanté -Muchas gracias por ayudarme- Hice una reverencia.

-No es nada- La peliazul se acercó un poco y sonrió -¿Cómo te llamas?

-Song Yuqi.

-Es un placer conocerte, Yo soy Shin Ryujin- Extendió una mano.

-Mucho gusto- La tomé suavemente.

-Ellas son Yuna y Chaeryeong- Presentó a las otras dos chicas que me saludaron con la mano -Chaer fue quien te encontró y te trajo hasta aquí.

Mire a la castaña que había golpeado hace unos momentos y me sentí mal, ella me había ayudado y yo la lastimé.

-Lo siento, no quería ser grosera- Volví a hacer una reverencia.

-No te preocupes, también fue mi culpa por haberme acercado de esa manera.

-Y-yo debo irme- Mire a todos lados, no quería causarles problemas y si me quedaba más tiempo aquí sería peligroso -Muchas gracias por su ayuda, por ahora no tengo como pagarles, pero les aseguro que les devolveré el favor.

Ellas se miraron por unos segundos y luego me miraron.

-No tienes porque ser tan formal con nosotras- Yuna también se acercó un poco -Te ayudamos con todo gusto, pero creo que deberías quedarte un poco más.

-En verdad ya estoy bien y no quiero molestar más- Mire a todos lados -¿Dónde está mi canguro?

-Abajo, lo dejamos en la mesa de la sala.

-Bueno si ya quieres irte no podemos detenerte, pero por favor ten cuidado, es peligroso salir a la calle en estos días.

-Sí, lo sé, lo siento, no volverá a pasar- Baje suavemente la cabeza y las seguí hasta llegar al primer piso donde estaba mi canguro, y Ryujin me lo paso -Muchas gracias por todo- Hice una última reverencia y salí rápidamente de la casa.

Tenía mucha suerte por haberme encontrado con alguien que me ayudara. Solo esperaba que no hayan sospechado nada, a simple vista podía parecer una drogadicta y más si me encontró inyectandome, pero cuando mire sus ojos, en ellos no había ni una pizca de desprecio o algún tipo de sentimiento negativo hacia mi, igual que con las otras dos chicas.

No me podía volver a permitir este tipo de acciones, tenía que volver a ponerme en forma si no quería que pasara lo mismo otra vez, arriesgándome a qué está vez no corriera con la misma suerte de hoy.

(...)

Un mes había pasado, todo pasaba realmente rápido últimamente, creo que ya me había recuperado por completo y era momento de volver a la ciudad.