"Idiota Wei"

Lan-Zhan (Parte 1)

Chapter 11.

Wei Ying se niega fervientemente a regresar a China.

Empuña las manos y sacude la cabeza como frenético cada vez que alguien se atreve a siquiera mencionarlo.

Aún cuando su hermano le ofrece a ir juntos.

Y Wei Ying le dice que deje de bromear con eso a pesar de que Jiang Cheng habla en serio.

Aún cuando su Shijie le habla sobre un fondo para pagarle sus estudios en aquella tierra.

Y el sonríe con dulzura y le dice que terminará sus estudios en Japón.

Aún cuando su primo Wen Ning se rinde y deja de hacerle preguntas al respecto.

Solo toma la mano de Wei Ying y le dice que puede contarle cuando se sienta listo.

Wei Wuxian (ahora) se rehúsa a poner un pie de vuelta en cualquier lugar que le recuerde a  Lan Wangji.

Aún cuando se pasa noches en vela preguntándose si él jade piensa el.

Al contrario de lo que la gente cree.

Wei Ying no es idiota.

Porque Wei Ying se dio cuenta de que Lan Zhan era un cobarde incluso mucho antes de que Lan Zhan lo hiciera.

Porque cada vez que Wei Ying sentía que daba dos pasos hacia adelante Lan Zhan ya había retrocedido cinco por miedo a lo que pudiera suceder después, sin darse cuenta de la forma tan cruel en la que lastimaba el pequeño y joven corazón de Wuxian, porque Wei Ying sentía que no era lo suficientemente bueno para él.

Y Wei Ying pretendió ignorarlo hasta aquella noche, aquella noche en que su hermano y hermana fueron a buscarlo hasta la casa de sus tíos para llevárselo consigo a Japón y Wei Ying fue hasta el bendito parque, fue corriendo hasta el estúpido árbol solo para despedirse de él.

Y Wei Ying se llevó una gran decepción porque Lan Zhan fue un cobarde, otra vez.

Pero Wei Ying tiene personas que siempre, siempre, están ahí para él, su Shijie, sus hermanos,primos y quizás un par de pretendientes. Hey, la vida de Wei Ying no gira en torno a Lan Zhan.

Y son esas mismas personas las que le hicieron ver lo valioso que es como persona y son esas mismas personas las que fueron capaces de hacerle sonreír de nuevo y de hacer que poco a poco fuera olvidando al idiota que tanto daño le hizo.

–Solo es un idiota– Susurra Wei Ying mientras abraza su almohada.

Y Wei Ying no llora más por el idiota.

Aunque Wei Ying admite que quizá no ha olvidado del todo a Lan Zhan, y Wei Ying admite con fuerza que una parte de el todavía lo extraña. Aunque ya hayan pasado casi cinco años.

Porque si no lo extrañara, no se encontrara reconsiderando volver a China un par de días, aunque sea para recoger sus cosas.