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Hola a todos los que han llegado a "Pobre diablo". Sinceramente esta no es la historia que pensaba subir en Octubre, estaba trabajando en otra pero decidí hacer algo relacionado con el "Halloween" a manera de especial. Es mi primer OmegaVerse con una mezcla bastante rara del tema de ángeles y demonios. Es un tema delicado, y quiero decir que con mi historia no quiero ofender a nadie, trato de no herir susceptibilidades pero si en algún momento no les agrada mi historia, los invito a que dejen de leerla. No les diré la cantidad de capítulos, pero tiene que estar subida en su totalidad el día 31 de octubre. Espero que sea de su agrado. 

Pobre diablo
Por: Adriana Jongcheveevat


Capítulo 1

Desde su rebelión en el cielo fue llamado "adversario". A simple vista era el arquetipo perfecto de la palabra belleza. La divinidad de su esencia era sublime, su esplendor tan digno del ángel más querido de Dios, su magnificencia era adorada incluso por los mismos seres de su raza, su delicada e inocente apariencia fascinaba a todo aquel que lo viera. Nadie podía ser considerado el ángel más bello del reino, nadie tenía tantas y tan extraordinarias cualidades; y por si fuera poco no conforme con su perfecta estética, había sido dotado con un intelecto y juicio mucho mayor al resto de los ángeles.

En pocas palabras se le consideraba un ser perfecto, aunque esa palabra no podía describir por completo su grandeza. Tan impecable, maravilloso y completo. Era un ente hermoso, agraciado y elegante con una combinación de perspicacia, astucia e ingenio. No obstante, su altanería, arrogancia y vanidad provocaron que perdiera su privilegiado lugar en el reino de los cielos. Y de ser la criatura más querida y adorada en el paraíso, pasó a convertirse en el ser menos "estimado" de aquel lugar, porque claro, los ángeles no pueden odiar. ¡Patrañas!

Y todo ocurrió porque  él quiso estar a la par del altísimo, empezó a cuestionar sus decisiones y desobedecía las órdenes directas. Ya no era un ángel disciplinado y dócil, ahora representaba el levantamiento de una posible rebelión en el cielo. Pero nadie era tan soberbio como él, nadie se atrevía a contradecir al creador, "Lucifer" se había transformado en un insurgente, por lo que fue expulsado del paraíso para toda la eternidad. Jamás podría volver a poner un pie en aquel celestial reino. Su existencia se iba a desvanecer, nadie recordaría ni mencionaría su nombre, todo rastro de lo que fue aquel bello ángel sería borrado para siempre.

Pero lo que los sumisos ángeles no esperaban, era que ese ángel renegado y desertor se convirtiera en el principal enemigo del cielo y de la humanidad; con su habilidad y maquiavelismo fundó el "infierno", su hogar, su refugio, su morada. Aquel sitio que tiempo después sería conocido como el lugar en donde las almas de los pecadores serían atormentadas por toda la eternidad. Sin embargo, eso solo había sido un engaño, una falacia, un mito muy mal fundado, después de todo ¿Por qué Lucifer, el príncipe del infierno, querría atormentar el alma de los humanos pecadores si ese era precisamente su objetivo principal? Él deseaba que los seres humanos se alejaran de las enseñanzas del señor, eso alimentaba su ego y su fuerza, entre más infractores hubiera, mejor para él, así que castigarlos no tenía sentido.

Lucifer, con su encanto y poder de seducción, se aprovechaba de la debilidad de los humanos para llevarlos por el camino "del mal obrar". Él era el responsable de que la humanidad cometiera pecados; con su poder sobrenatural era capaz de "oler" un alma oscura y llena de maldad a punto de pudrirse para solo darle un pequeño empujón y convertirlo en un penitente. Un susurró, un toque, un sueño... algo tan simple como eso era capaz de hacer que hasta el más santo de los hombres cayera en la garras del señor de la oscuridad.

Y lo disfrutaba, claro que lo hacía. Cada alma convertida era una menos para su creador, gozaba al ver como tomaba una oveja del ganado y la transformaba en la oveja negra, se alegraba cuando podía arrebatarle un hijo al altísimo pues cada victoria sobre el cielo representaba un nuevo y leal soldado orgulloso de pertenecer a alguna de las legiones de las tinieblas.

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