Prólogo

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Prólogo

No entendía que era lo que tenía de especial, pero desde la primera vez que la vio, algo en ella había captado su atención. No era fea, a decir verdad era muy hermosa, tenía esa clase de belleza que hacía difícil ignorarla.

Su juventud era lo que lo hacía cuestionarse su interés, no era más que una adolescente. Pero ahí estaba él, sin despegar su mirada de ella, no era capaz de decir cuánto tiempo llevaba observándola. Pero apenas conectó con su figura, le fue imposible quitarle los ojos. Cada pequeño gesto que hacía le parecía interesante, incluso descubrió que adoraba cuando colocaba mechones de cabello detrás de sus orejas, lo que le permitía ver su rostro con mayor facilidad.

Se había convertido en un acosador.

La chica sonrió y se encontró haciendo lo mismo, lo que lo sorprendió ¿Acaso estaba enloqueciendo? ¿Acababa de sonreír solo por verla a ella haciéndolo?

Esta situación se le estaba yendo de las manos, no podía permitirse perder la cabeza por una niña.

Adoptó una postura erguida, con la intención de marcharse, era absurdo que continuara observándola. Pero algo que no había ocurrido desde que la vio por primera vez lo hizo quedarse. Desde la distancia, la chica volteó sobre su hombro y como si supiera que planeaba irse, cruzó la mirada con la de él, lo que le robó el aliento.

Su boca se entreabrió y un sonido gutural brotó desde lo profundo de su garganta.

¿Acaso podría ser?

Frunció el ceño, lo que le dio un aspecto enojado, que sumado a su gran tamaño fue suficiente para intimidar a la chica, quien aparto la mirada con rapidez

Cuando sus ojos se alejaron, finalmente pudo salir de su aturdimiento.

Sacudió la cabeza un par de veces, despejando la bruma mental que lo había envuelto momentos atrás, antes de sacar su teléfono del bolsillo del pantalón y marcar el número de su Beta.

— Te tengo un trabajo...— comenzó diciendo apenas respondieron.

Debía saber todo sobre esa chica.

Si, ya sé que no es muy largo pero... ¿No quedaron super colgadas? O ¿Al menos intrigadas? 

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