Te Elijo

Capitulo 2

Capitulo 2

Will

Se había ido.

Camila se había ido.

No se le escapaba la ironía de la situación. El Universo encontraba la forma de cobrarse las cosas.

Apretó los puños dentro de las guantillas y continuó golpeando el saco que colgaba del techo. Sus nudillos estaban en carne viva, la protección que llevaba había dejado de tener sentido hace horas.

Llevaba atestándole golpes desde que se había enterado de su partida más temprano.

El sudor perlaba su frente y su respiración era errática. Se pasó el antebrazo por el rostro, y exhaló con fuerza mientras se preparaba para lanzar una combinación de golpes.

Últimamente era lo único que lo hacía mantener la calma y hoy más que nunca debía controlarse.

La necesitaba.

Egoístamente había ido a buscarla, vaya sorpresa se llevó al encontrarse con una casa vacía. Tirando todas las restricciones a la mierda pretendía verla, por más que deseaba tocarla, se había jurado conformarse con echarle un vistazo.

Sin embargo, eso tampoco podría ser. Ahora no solo tendría que apelar a su memoria para revivir su toque, sino que también se le había negado el verla.

¿Podía empeorar?

Echó el brazo hacia atrás y golpeó el saco con un gancho que lo sacudió enviándolo en un vaivén.

La preocupación por su bienestar era otra alarma en sus oídos, vaya a saber dónde iba a quedarse, o con quién. No sabía nada de su supuesta familia Irlandesa, bien podrían ser impostores. Dudaba que lo fueran, pero nada le aseguraba que se tratara de buenas personas.

A decir verdad, ese primo suyo parecía un buen tipo.

Le dolía el pecho y día a día ese dolor solo se agrandaba. Era como un gran hoyo, que se hacía más profundo con el tiempo que pasaban separados.

¿Era egoísta querer estar con ella?

Camila era su hogar, su lugar seguro.

La comodidad en una persona, la clase de confianza que dudaba se encontrara dos veces en la vida. Era su fuego, así como su calma. La tranquilidad que podía provocarle solo con mirar las profundidades de sus ojos...

Había sido hecha para él.

En el pasado, había estado separado de, Camila, durante años. Un tiempo en el que no fue él mismo, no lo había notado en el momento, por todas las hormonas de la transformación. Recordaba estar enojado todo el tiempo y sentir una sensación, parecida a estar incompleto, pero esto, lo que estaba sintiendo ahora...

Era diferente.

Era como si de hecho no pudiera hacerlo. Como si físicamente algo estuviera mal y en verdad mantenerse alejados lo lastimaba.

Esta sensación solo reafirmaba su creencia de que estaban destinados a estar juntos.

De algo estaba seguro, no iba a permitir que lo mantuvieran alejado de ella por mucho tiempo.

Ni siquiera si era ella quien insistía en hacerlo.

Estaba haciendo lo que esperaban que hiciera, pero no porque hubiera aceptado la idea de que Camila no fuera para él. Todo lo contrario, estaba manteniendo distancia porque ella se lo había pedido.

Ver el dolor en sus ojos, el temblor en su voz cuando intentó consolarlo, mientras ella se rompía por dentro. Fue la única razón por la que no había corrido a buscarla. Necesitaba tiempo, tiempo para recuperarse y él se lo daría.