Capitulo 16

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Capitulo 16

Will

Caminó por el pasillo de la escuela, sintiéndose molesto. Su cabeza era un lio, nada de lo que hacía parecía tener el efecto deseado. Su racionalidad pendía de un hilo últimamente, sus instintos estaban dominándolo y no hacía nada por que sucediera lo contrario.

Ver a Camila huir de él, era un golpe no solo para su ego, sino también para el futuro que tan desesperadamente quería con ella. Cada vez se sentía más lejos de alcanzarlo. Sus negativas a estar juntos, comenzaban a calar profundo en su cabeza. Aún así, no podía concebir la idea de dejarlo estar.

Negó con la cabeza y apretó los puños, sintiendo la necesidad de golpear algo o a alguien. La cara de su hermano se veía como un blanco atractivo, pensó viéndolo acercándose.

— ¿Listo para irte? — le soltó antes de que se detuviera.

— Vamos — le respondió pasando junto a él. Rodó los ojos y dio la vuelta, volviendo por el camino que había hecho, nuevamente a la salida.

Había observado como Camila, corría por el aparcamiento con Julieta detrás. No tenía dudas que estaba evitando encontrarse con él a toda costa, la observó desde uno de los ventanales. Tentado con la idea de correr hasta donde estaba y llevársela en un hombro.

Lo hubiera hecho, si realmente creyera que serviría de algo. Pero conociendo a su Pecas, eso solo haría que lo odiara y no quería sumar su desprecio a la bolsa de razones por las que se mantenían separados. Tenía su plato lleno en este momento.

— Hueles a Camila — comentó Alex, sin darse la vuelta para verlo.

Will levantó la vista y observó la espalda de su hermano, se movía mecánicamente por el estacionamiento buscando su camioneta.

— ¿Y? — escupió. No estaba dispuesto a recibir un sermón el día de hoy.

— Sube a la camioneta — dijo cuando llegaron a ella.

— Si tienes algo que decir, dilo ahora. Paso de que nuestro padres se unan a la discusión

Alex abrió la puerta del conductor y apoyó el antebrazo en ella. Le dio una mirada inescrutable. Algo que él nunca lograría, era transparente en ese aspecto. Su rostro delataba lo que estaba pasando por su cabeza, sus expresiones eran un reflejo de como se sentía.

— No estaba pensando discutir ¿Tu si?

Se sorprendió por su respuesta. Un resoplido escapó de sus labios, pronto una carcajada lo siguió.

¿Desde cuándo, Alex, elegía no meterse en sus asuntos? Había sido un dolor en su trasero todo el tiempo, recordándole lo que tenía que hacer. Su personalidad altiva y calmada siempre era un detonante para su rabia, cada comentario que salía de su boca solo aumentaba su furia. Por lo que, esta nueva actitud era sospechosa.

— ¿Qué te pasa? — su tono demostraba lo sorprendido que estaba.

— ¿Vas a subirte o esperas que te ayude?

Will rodó los ojos y siguió su ejemplo, abriendo la puerta de la camioneta. Se deslizó dentro y descansó la espalda en el respaldo del asiento. Alex hizo lo mismo y rápidamente se encontraron en la calle.

Cuando se detuvieron en un semáforo, desvió la mirada hacia él. Tenía la vista al frente, sin despegar sus ojos de la avenida. Su entrecejo se frunció al pensar, que no recordaba cómo había terminado yendo a la escuela con su hermano. La última vez que lo había llevado, fue cuando iba a secundaria, y en ese entonces ocurría con poca frecuencia.

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