Capitulo 22

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Capitulo 22

— Tienen la mejor pizza de la ciudad, te lo juro — le aseguró Harry, cuando estacionaba fuera del lugar.

El cartel luminoso de Amore Pizza, brillaba en la oscuridad del aparcamiento. El restaurante llevaba años abierto, vendían otras cosas además de pizza. Pero los dueños eran una familia italiana, por lo que era su especialidad.

— Lo sé, ya he venido antes — le hizo saber. Se desabrochó el cinturón y levantó el rostro dándole un vistazo, le hizo gracia ver su rostro confundido. — Vamos, no hay muchos lugares para comer aquí. Si quieres sorprenderme tendrá que ser otra cosa.

— Supongo que tendré que pedir una combinación extraña entonces.

— Estoy abierta a cualquier cosa sobre la pizza, excepto las anchoas. No las soporto — agregó haciendo una mueca. Eran tan grasosas y saladas, una sensación extraña dentro de su boca.

— Me diste pase libre, después no te quiero ver quejandote — le dijo, abriendo la puerta del auto para salir. Ella hizo lo mismo.

No lo haría. La pizza era esa clase de alimentos que difícilmente sabían feos. El queso gratinado volvía todo delicioso. Excepto cuando la masa era acida, el exceso de levadura era fatal.

Harry le guiñó el ojo y la alcanzo, poniéndose a su lado. No lo había esperado para comenzar a caminar.

— ¿Y si hacemos una apuesta?

— No haré eso — rodó los ojos — ¿Todos los deportistas son así? Aaron también insiste en competir todo el tiempo.

— Está en los genes, nena — le respondió abriendo los brazos.

— ¿Nena?

— Lo siento ¿Prefieres rayito de sol, en su lugar?

En su tiempo juntos, se había dado cuenta que era un coqueto nato, no siendo consciente de los pequeños comentarios aquí y allá. Era afable con todo el mundo, pero con las mujeres se volvía galante. Algo a lo que a ella, aún le costaba acostumbrarse.

— Camila, está bien para mí. — respondió fingiendo seriedad.

— Eres de esas ¿Eh? Creo que viniendo de otro, me lo tomaría a mal — le dijo con una sonrisa. Pasó un brazo sobre sus hombros provocándola — ya verás cómo me vas a adorar, más temprano que tarde.

Cerró los ojos dándole dramatismo, con el rostro hacía el cielo estrellado. Debería probar una carrera como actor.

— Opino lo contrario —retiró el brazo que estaba sobre sus hombros. En general no le gustaba ser tocada, pero lo había hecho porque odiaba darle alas a alguien, cuando no tenía interés. La ponía incomoda al situación, más que halagarla.

Harry soltó una carcajada y negó con la cabeza. Mientras lo veía reír se dio cuenta que no había tomado los libros de biología. No perdía la cabeza, porque la tenía pegada al cuerpo, diría su madre.

— Dejaste los libros en el auto.

— ¡Maldición! No otra vez — se quejó, como un niño pequeño— Ya regreso, espérame para entrar. Conociéndote pedirías una mesa para uno. — le indicó antes de darse la vuelta.

Asintió y se quedó a un lado de la entrada, esperando que volviera. Bostezo, sintiendo la falta de sueño, extrañaba su cama. No había sido quisquillosa en el pasado, pero su colchón fue algo que extrañó durante el fin de semana. Los sobres de dormir no eran nada cómodos.

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⏰ Última actualización: Apr 25, 2021 ⏰

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