¿me amarías más... si matara a alguien por ti? (II)

317 47 68
                                    




¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Salí de mi habitación al día siguiente, mucho antes de que Jeno se despertara para ir a trabajar. Todavía ni amanecía, por lo que el departamento estaba casi a oscuras. Lo único que iluminaba era la cálida luz de la lámpara en el salón de estar.

Suspiré lastimero, Jeno dormía allí, tapado con una manta y apoyando su cabeza con uno de los cojines del sofá. Un par de latas de cerveza vacías se encontraban desparramadas sobre la mesa de centro, y pude notar que había llorado al ver sus ojos hinchados.

—Qué hice... —me lamenté en un susurro.

Decidí, entonces, que hoy me comportaría mejor. Aún no lo perdono, pero tratarlo mal siempre tampoco era una opción viable para poder resolver el problema. Al menos le dejaría el desayuno preparado para que no se fuera sin comer.

Fui al baño a asearme y comenzar mi día. La culpa seguía carcomiéndome el cerebro y golpeaba mi orgullo, diciéndome que debía de disculparme con Jeno, pero no lo haría, porque sinceramente no se lo merecía.

—Pero él debe sentirse muy mal... estaba llorando... —pensaba en voz alta mientras me echaba jabón en las manos.

Negué con la cabeza y me lavé la cara para despejarme. Una parte de mí me decía que había hecho mal y que debía de arreglar las cosas como correspondía, pero otra parte de mí me decía que no, que se lo merecía, y mucho más que eso, porque no valoró todo el amor que le di durante este tiempo.

¿Qué hacía ahora?

Me sequé la cara con la toalla y salí. Mi corazón dio un vuelco al encontrarme con Jeno en la puerta. Al parecer no se percató de mi presencia puesto que él se vio tan sorprendido como yo.

—Te despertaste temprano —me dijo al verme. Pude sentir la incomodidad formarse entre ambos.

—Sí... veo que tú también —respondí en un murmullo, saliendo rápido del baño para que él pasara y me dejase a solas.

—Mi jornada empieza más temprano hoy —dijo antes de cerrar la puerta y largar el agua de la ducha.

—Mentiroso —musité, empuñando mis manos y sintiendo la rabia dominarme el cuerpo otra vez.

Me encerré en la pieza otra vez, pero no para llorar, sino para alistarme, porque tal cual como ayer, lo seguiría hasta su trabajo para ver qué es lo que hacía. Aún tengo la esperanza de que todo fue un malentendido, y hoy lo corroboraré con mis propios ojos.

Me cambié la ropa, la cual era la misma que el día anterior, y me escondí entre las sábanas al oír la puerta abrirse. Tomé mi teléfono para verme más natural. Jeno se vistió en silencio, mientras tanto, la tentación me ganó y no pude evitar echarle un ojo mientras se alistaba. Después de todo, seguía provocando cosas en mí, aunque dudo que mi amor por él pueda desvanecerse tan rápido.

highway to h(ell)eaven ° nctDonde viven las historias. Descúbrelo ahora