Estaban llegando al punto crítico, sólo tendrían una oportunidad. La intensa respiración del caballo se mezclaba con el ruido de los cascos contra el terreno. Iriel y Bilbo contuvieron el aliento. Fue entonces cuando sintieron que sus cuerpos se elevaban del suelo. El caballo se había impulsado con toda la fuerza que le proporcionaron sus patas traseras, con este salto pretendía alcanzar los escasos metros que les separaban de la salida un segundo antes de que la roca les aplastara.
La roca cayó a escasos centímetros tras ellos, sólo unos pequeños fragmentos, que se habían desprendido por la ferocidad con la que se deslizaba por el terreno, impactaron contra el cuerpo del animal. Fue tal la impulsividad del salto que el caballo no fue capaz de controlar el aterrizaje, tropezando al contactar con el suelo y haciendo que sus dos jinetes salieran despedidos.
Nada más ser arrojados hacia adelante, Iriel abrazó a Bilbo con ambos brazos y se acurrucó para protegerle del impacto con su propio cuerpo, pues era más grande que el del mediano. Iriel consiguió girarse en el aire para caer al suelo de espaldas. Tras un fuerte impacto contra el terreno, ambos rodaron sin control, hasta que la fricción de la tierra con su cuerpo fue aminorando la velocidad. Cuando por fin se detuvieron en el suelo, Iriel se encontraba de medio lado, todavía protegiendo con fuerza el cuerpo del hobbit. Su cuerpo estaba cubierto de polvo y su ropa se había rasgado en las piernas y en los brazos a causa del roce con el áspero suelo que les había recibido.
Le dolía todo el cuerpo, pero eso era una buena señal, significaba que estaba viva. Se rio para sus adentros. Había burlado a la muerte una vez más.
—¿Ves? Te dije que lo conseguiríamos —le susurró al mediano que sostenía entre sus brazos y que a continuación apartó para liberarle. Bilbo intentó levantarse, se sentía mareado por los vertiginosos giros.
En ese momento Iriel oyó relinchar a su caballo en la lejanía. Un punzante dolor de cabeza le estremeció el cuerpo de arriba a abajo. Le pareció que una voz se acercaba a ella corriendo. Un eco lejano de una voz profunda y familiar. El dolor de cabeza iba en aumento. Quiso cerrar los ojos para librarse de él, pero no hizo falta, su vista se fue nublando poco a poco hasta que perdió el sentido.
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Clonc clonc
El sonido de los cascos despertó a Iriel. Abrió los ojos lentamente. Lo primero que se encontró fue un suelo lleno de piedras blancas que se desplazaba lentamente. Le costó un poco entender dónde se encontraba. La visión de las plateadas patas de su caballo sobre las piedras le ayudó a comprender que ella se encontraba a lomos de su montura, no como un jinete, sino tumbada transversalmente sobre su cuerpo. Siguió observando el suelo mientras intentaba recordar cómo había acabado sobre su caballo como un vulgar fardo.
Ah sí, la caída. Se había desmayado poco después de sentir un fuerte dolor de cabeza. Mejor dicho, un insoportable dolor de cabeza. Ahora ya no lo sentía, pero a cambio le dolía todo el cuerpo. Debía de estar llena de moratones y magulladuras. En ese momento se percató de que junto a los cascos del caballo también escuchaba pisadas humanas. Ladeó un poco la cabeza para mirar hacia donde percibía el sonido. Un enano sujetaba las riendas de su caballo y caminaba a su lado dirigiéndolo. Eso explicaba la escasa velocidad a la que se desplazaban. La silueta todavía estaba un poco borrosa. Intentó concentrarse en sus ojos para descubrir de quién se trataba. No hizo falta porque justo en ese momento otro de los enanos lo llamó.
—Thorin, creo que deberíamos parar por aquí cerca. No avanzaremos mucho a pie en estas condiciones y si nos adentramos más, temo que no encontremos ningún lugar para refugiarnos.
Algunos de los enanos también habían sido golpeados por algunas rocas durante su huida, por fortuna sus lesiones no eran graves, nada que un buen ungüento de hierbas no pudiera arreglar, Aulë parecía estar de su lado aquel día. Ésa no había sido la causa del retraso del grupo, sino el cuerpo inconsciente de su nuevo compañero. Thorin permaneció pensativo unos segundos antes de contestar.
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Una identidad inesperada - Hobbit
FanfictionGandalf teme que la ayuda de Bilbo no sea suficiente para la misión que Thorin pretende llevar a cabo, así que decide ir a buscar a alguien más. El mago sospecha que el rey enano no aceptará la ayuda de una mujer aventurera, a pesar de su destreza...