Entre Besos Y Balones.

Inseguridades de una (o varias) noche.

Resumen: Yahaba Shigeru es más inseguro de lo que parece. Kyōtani Kentarō recibe llamadas a las dos de la madrugada.
Pareja: Kyōtani Kentarō x Yahaba Shigeru «KyoHaba».
Aclaración: Están en su tercer año.
Género: Hurt/Confort, ligero angst con final feliz, compatible con canon, tal vez.

Kyōtani maldice en su mente, ni siquiera se molesta en abrir los ojos, escucha su celular sonar una, dos y al tercer timbre se corta. Gruñe de nuevo, mientras se obliga a él mismo a abrir los ojos, sabe que es tarde porque los rayos de la luna se filtran por su ventana. Toma asiento a regañadientes mientras trata de desperezarse pasando las manos por su cara, cuando miro el reloj que marcaba las 1:55 a.m. maldijo de nuevo y busco su celular.

La luz de la pantalla lo cegó momentáneamente y cuando estuvo acostumbrado, leyó el nombre de quien había dejado una llamada perdida. Se sorprendió de ver el nombre de su novio, Shigeru jamás llamaba, es decir, ninguno de los dos veía necesario hacer llamadas y siempre se comunicaban por mensajes. Revisó su mensajería encontrándose con un único mensaje de Yahaba, pero fue hace muchas horas atrás cuando se despidieron, entonces la llamada le pareció aún más extraña.

Sintió una opresión en el pecho, ¿debía preocuparse por una simple llamada? Eran las dos de la madrugada ¿qué rayos podría querer Shigeru a esa hora? Sabía que está en casa, el mismo se había encargado de ir a dejarlo hasta la puerta, pensó unos segundos más y luego decidió enviar un mensaje, uno directo y corto.

"¿Por qué llamaste?"

El mensaje se había enviado y también le había caído a Shigeru, pero la contestación no llego. Espero aproximadamente cinco minutos y volvió a enviar un mensaje.

"¿Está todo bien?"

Luego de esperar otros cinco minutos se resignó y decidió llamar a su novio. Presentía que algo estaba muy mal y si Yahaba lo llamaba a las dos de la madrugada entonces las cosas no podían ser buenas. El timbre sonó una, dos, tres y cuatro veces, cuando iba a colgar, Shigeru contestó.

—¿Kentarō?

Kyōtani espero muchas cosas, pero definitivamente el tono triste y la voz rota de Yahaba no era algo que esperaba.

—Llamaste, me despertaste hace un rato, no contestaste mis mensajes —directo como siempre.

—Lamento haberte molestado, es decir, no quería molestarte, yo... No me percate de tus mensajes —la voz de su novio sonaba rota y eso sólo preocupó más al mayor.

—¿Qué te ocurre?

Como si la pregunta fuera una llave, Kentarō escucho como Shigeru trato de contener el sollozo que escapo, estaba llorando, debió haberlo supuesto cuando escuchó su tono de voz. Se puso en pie mientras buscaba una sudadera en la oscuridad de su habitación, esperando todavía la contestación de su novio. Cuando no llego, volvió a hablar.