Nadie.

12 2 0
                                    

Nadie le dijo a las hojas del otoño que confabularan junto con el viento para susurrarme tu nombre mientras te esperaba aunque sabía que no ibas a llegar.

Se me olvidó alejarme del porche donde solíamos ser sólo tu y yo; ése que guarda tu perfume, el eco de tu sonrisa y la calidez de tu piel al medio día.

Nadie pudo sentir el dolor de las margaritas cuando no fuiste en su búsqueda al alba. Ningún ser escuchó jamás el grito del bosque al saber que su reina se había marchado.

Todo se detuvo. Hasta el tiempo decidió tomar un descanso sólo para preservar tu belleza, mientras que tus amados quebrábamos ilusiones, nos deshacíamos de los recuerdos y perdíamos los estribos.

Nadie pudo evitarlo. Allí donde yacías inerte fui a verte aquella noche de luna. La amargura y el dolor nunca tendrán connotación suficiente para lo que sentí.

Nada tengo sin ti.

Nadie fue capaz de decirle al firmamento que apagara nuestra estrella, para que no tuviera que recordar el dolor de tu pérdida al darme cuenta, cada anochecer, que el mundo se detuvo para mí en cuanto te marchaste.

–Juliana.

Relatos a la luz de las estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora