Eran las tres de la tarde y todas las personas de la empresa corrían de un lado para otro trando de remediar la situación, todos sin excepción trabajaban desesperadamente para no perder sus trabajos de la noche a la mañana gracias a un idiota que no pensó en nadie más que en si mismo.
Las acciones iban cayendo cada vez más y más rapido, nadie podía creer lo que había sucedido. ¡Unos de los subjerentes de la empresa había vendido acciones a unos accionistas y perdió todo!. La empresa estaba casi en banca rota, hace días que habían trabajado casi sin descanso para poder sacar la empresa a flote, además que la empresa en la que trabajaban no era cualquier lugar era nada más y nada menos que la "Shin corporation", por lo que esta caída significaba mucho para la imágen y reputación de esta distinguida empresa.
El señor Kang Miyoon había trabajado como la mano derecha del señor Shin por muchos años. Y como parte del cuerpo administrativo estaba a cargo de muchas cosas, años anteriores habían tenido crisis importantes pero nunca una tan grande como ésta. Mandaba correos, realizaba llamadas a algún accionista que quisiera invertir en ellos y así poder ayudarlos un poco, pero aunque fuera una empresa de renombre estaba casi en quiebra y no muchos estaban dispuestos a correr el riesgo. Así pasaron varias semanas más tratando de arreglar el problema, hasta que el señor Shin comenzó de a poco a despedir al personal.
A pesar de que el señor Kang fuera la mano derecha de el señor Shin tenía miendo perder su trabajo, por que aunque no fuera su culpa, gran parte de la responsabilidad podría recaer en él. Y justo en este momento cuando los sentimientos de preocupación e incertidumbre carcomían su cabeza recibe una llamana del señor Shin quién decía esperarlo con urgencia en la oficina.
Con las piernas un tanto temblorosas se dirigió a la oficina, al llegar tocó la puerta y entró.
- Buenos días señor Shin ¿quería verme?.- podía notarse el nerviosismo en su voz.
- Sí, pero no te quedes ahí parado ven y siéntate.- con Miyoon ya sentado el señor Shin procedió a hablar.- Como sabes la empresa está cada vez peor y no me quedan muchos fondos como para financiar el sueldo de todo ustedes.- lo cual era mentira por que aunque estuvieran apunto de quebrar el señor Shin tenía el dinero suficiente para pagarle a sus trabajadores.- y como sabrás también tienes algo de culpa en todo esto, por lo que deberías asumir las consecuencias.
El señor Kang abrió sus ojos a más no poder, esta pasando justo lo que no quería que pasara. Comenzó a sentirse más y más nervioso cada vez, el sudor frío recorría su cuerpo y su manzana de Adán subía y bajaba de tanto tragar, pero antes de que pudiera decir algo habló de nuevo.
- Pero no te preocupes te puedo dar una oportunidad, para que sigas trabajando aquí, solo que tienes que aceptar mis condiciones.
El alma del señor Kang volvió al cuerpo, por lo menos ahora tenía un ápice de esperanza, no le importaban aceptar las condiciones con tal de mantener su trabajo. Era el único sustento de la familia y si su fuente de ingresos desaparecía que iba a hacer ahora, su familia quedaría en la calle y él no podía permitir esto de ningún modo.
Así que con entusiasmo habló.- ¡¡Sí!!, no importan las condiciones las acepto, con tal de no perder mi trabajo haría cualquier cosa.- al oir esto una sonrisa llena de seguridad y arrogancia se había formado en el rostro de Ho kwan.
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¿Confiarías en mí?
Non-Fiction¿Has tenido una vida feliz?, ¿Crees que tu cuerpo realmente te pertenece?, ¿o solo son afirmaciones vacías llenando tu mente de proquería que sabes que no son ciertas?. Young soo no era feliz, y él lo sabía pero aún sabiéndolo no podía hacer nada. ...