Capítulo 10

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La clase trascurría con normalidad y la profesora trataba de ser lo más didáctica posible para que los pequeños no perdieran la concentración. Ese día se les dio la hora de la clase libre por lo que podían jugar o pintar con lo que quisieran. Y aunque Young soo desde siempre fuera un tanto timido, le encantaba jugar y las educadoras del lugar hacían lo posible para integrarlo de la mejor forma.


Mientras algunos niños pintaban otros jugaban con bloques, Young soo se encontraba en una mesa sentado junto a un compañerito con el cual separaban los lápices por colores. Todos estaban metidos en sus propias cosas hasta que de pronto tocaron a la puerta. Una de las profesoras se acercó a abrirla y mientras hablaban en un tono muy bajito para que los demás no escucharan Young soo notó que una de las tías lo miraba, pero no le dio importancia, sin embargo el llamado de la profesora le impidió seguir con su juego.


- Young soo-ssi ven un momento por favor.- Young soo no dijo nada y acatando la orden se acercó.


- El director te llama, acompaña a la tía, ella te llevará a su oficina.


Y así agarrando la mano del pequeño Young soo fueron caminado por el pasillo hasta llegar a la oficina del director.


- ¿Ocurre algo, señorita?.- Preguntó Young soo con su característico tono infantil.


La educadora quién para este momento había estado mirándolo de reojo todo el camino, no respondió, simplemente de limitó a brindarle una sonrisa un tanto extraña para Young soo, quién a su corta edad no supo descifrar. Luego de este acto abrió la puerta de la oficina y antes de entrar se puso a la altura de Young soo acariciando suavemente su cabello.


- Todo estará bien cariño no te preocupes.


Dijo para luego adentrar al niño y desaparecer detrás de la puerta. Young soo al ver quién se encontraba en la sala se acercó con alegría a ellos.


- ¡Hermana, abuelo!, ¿ustedes también estan aquí?.- Dijo abalanzándose a los brazos de su abuelo quién lo cargó y lo sentó en su regaso.


Pero algo estaba mal, lo sentía, su hermana no estaba con la sonrisa de siempre y su abuelo se veía un tanto triste.


-"¿Que habra pasado para que se vieran así de tristes?".-Pensó Young soo pero no se atrevió a preguntar de inmediato.


- No se preocupe señor Min, entiendo la gravedad del asunto así que no hay problema que los niños se ausenten a clases los días que sean necesarios para que puedan establecerse correctamente.


- ¿Abuelo, que sucede?.- Preguntó Young soo en un tono muy bajito y con vergüenza al oído de su abuelo.


- No te preocupes pequeño, todo va a estar bien.- Young soo seguía sin entender, las palabras de su abuelo no habían respondido a su pregunta y tampoco entendía porqué todo el mundo repetía que "todo iba a estar bien".


- Muchas gracias señor director, aprecio mucho su comprensión y sin más que decir con permiso me retiro.- Dijo levantando al pequeño de su regaso para dejarlo en el suelo, para luego levatarse él y su nieta quién no había dicho ninguna palabra hasta ahora pero su rostro denotaba tristesa.

¿Confiarías en mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora