Habían trascurrido dos horas desde que su turno en la comisaría terminó. Kim Jiwook se encontraba caminando en esa obscura y fría noche con una bolsa de cervezas y bocadillos que había comprado en el camino de vuelta para comerlos después. Había sido un día ajetreado por lo que quería pronto llegar a casa para así descansar un poco. Caminaba tranquilo por el puente que atraviesa el río tarareando una canción, hasta que de pronto su seño se frunció profundamente al divisar a lo legos una figura alta y delgada a punto de lanzarse del puente.
- Qué demoni...-. Exclamó, soltando la bolsa que traía en su mano y se apresurandose a correr hacia él, quién claramente no tenía intención de bajarse de aquel peligroso lugar. Al llegar donde se encontraba el chico lo agarró fuertemente de la cintura y lo jaló hacia atrás procurando que no se resbalara. Los ojos de aquél chico eran hermosamente claros aunque su mirada estaba totalmete apagada y podía notarse la tremenda tristeza que escondía, sus mejillas estaban palidas y sus labios morados por el frío, realmente pareciera como si su alma hubiera abandonado el cuerpo.
Young soo quién en es momento estaba decido a tirarse y con su mente vuelta un caos, la acción del otro chico lo tomó por sorpresa, al mirarlo sintió una extraña calidez que lo aterró. Miró un tanto extrañado al chico y soltando el agarre que lo sostenía, se volvió a subir.
- ¡¿Qué haces?!.- Preguntó desconcertado, volviendolo a bajar del lugar tal cual como lo había hecho hace un momento. Young soo miró a los ojos a aquél chico que se aferraba a su mano como si su vida dependiera de ello.
- ¿Quién eres?. - En su mente se repetía tantas veces la misma pregunta que no se la guardó más y la soltó.
- Un gracias no me vendría mal.- respondió con la respiración un tanto acelerada, pero al ver la reacción del chico se arrepintió un poco de haberlo dicho.
- Nadie te pidió que me salvaras, así que si no tienes nada más que decir me voy.- dijo dándose medía vuelta dispuesto a irse. Jiwook al ver sus intenciones lo agarró suavemente de la muñeca para impedir que se fuera.
-Ok. Lo siento no debí haber dicho eso, pero de verdad no quisiera que te fueras, de hecho...mhn...quisieras. - no estaba seguro si decirlo o no - ¿quisieras venir a comer con migo? - si para Young soo todo lo que había sucedido le parecía extraño esta propuesta lo era aún más, le pilló totalmente desprevenido. - ¿Qué?, que clase de persona invita a comer a alguien quién apenas acaba de conocer.
-Se que parece extraño pero por lo que estabas apunto de hacer no parece que tuvieras ganas de regresar a tu casa o me equivoco.- y claro no se equivocaba para nada, pero no lo admitiría en frente de aquél chico que acababa de conocer.
- Todavía no respondes mi pregunta.
- Oh, lo siento - sonrió gentilmente - me llamo Jiwook, Kim jiwook.- después de pensarlo un poco la idea de aquél desconocido quien ahora sabía su nombre no parecía tan descabellada, de todos modos ya que su plan había sido truncado no quería volver de inmediato.
- Está bien iré.- Jiwook satisfecho de su respuesta ya que logró persuadirlo preguntó. - Que bueno que aceptaras, pero... como debería llamarte, todavía no me dices tu nombre.- con un tono mucho más relajado con el que inició la conversación contestó - Me llamo. Kang Young soo.- estaban a punto de empezar a caminar cuando se detuvieron de nuevo.
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¿Confiarías en mí?
Non-Fiction¿Has tenido una vida feliz?, ¿Crees que tu cuerpo realmente te pertenece?, ¿o solo son afirmaciones vacías llenando tu mente de proquería que sabes que no son ciertas?. Young soo no era feliz, y él lo sabía pero aún sabiéndolo no podía hacer nada. ...