Capítulo 11

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Quién sabía cuanto tiempo estuvo en esa misma posición, Jiwook sentía ya sus piernas adormesidas.Trató de levantarse con cuidado ya que sentía que su cuerpo pesaba el doble. La presión en el pecho todavía estaba pero ahora era mucho más soportable que antes. Fue al baño y se detuvo unos instantes a contemplar su reflejo en el pequeño espejo; se veía demacrado, tenía los ojos hinchados y las marcas de cansancio abarcaban todo su rostro, hacía tiempo que no se vía así. Una pequeña risa irónica se le escapó.


Se lavó los dientes para así poder quitarse el mal sabor de boca e irse a dormir, había sido un día muy agotador.

Jiwook yacía acostado moviéndose de un lado a otro en la cama tratando de conciliar el sueño.  Los recuerdos de Young soo venían a su mente sin previo aviso dejándole un dolor punzante en la sien.

- Suspiró.- ¿Realmente se acabó todo de esta manera?.

Un ruido seco se escuchó en la cocina que lo sobresaltó. Se levantó rápidamente de la cama y dirigió su mano al cajón del velador al lado de su cama para sacar su arma de servicio y con cautela caminó hasta la cocina. Las luces estaban apagadas como de costumbre y no había nada fuera de lo común, de pronto un fuerte golpe en la nuca lo aturdió. Todo se fue a negro.

Al despertar, frente a él se hallaban 5 hombres de aspecto imponente, todos con pasamontañas la cual ocultaba su rostro, trató de moverse pero se dio cuenta que estaba atado.

- Quiénes son y que hacen aquí.

- Quiénes somos no te lo puedo decir, pero el que hacemos aquí sí.- El hombre que estaba en el centro se acercó a él y en un susurro le dijo.-  Hoy aprenderas que con el jefe nadie se mete.- Y un fuerte puñetazo se estrello contra su cara.

- De que mierda me estás hablando, no tengo idea quién es tu jefe.- Habló con la voz claramente irritada. Su mirada inquieta barrió todo el piso buscando algo, el que parecía ser el jefe ahí soltó una risa.- Que pasa, ¿buscas esto?.- dijo alzando su pistola frente a él, trató de alcanzarla pero fue inútil ya que las amarras se lo impedían. El jefe volvió a reír.

- Que mierda quieres, ya me estoy artando y yo no estoy para tus juegos, ¿acaso no sabes quién soy?.

- Precisamente por que sabemos quién eres es que estamos aquí.- volvió a acercarse al rostro de Jiwook para susurrarle.- no eres más que una pequeña piedra en el camino para nuestro jefe, si el quisiera...ya ni siquiera existirías. Desátenlo.- dijo dirigiéndose a dos hombres de detrás de él. Quienes se acercaron Jiwook para soltarle las amarras y volverlo a retener entre los dos inmediatamente.

- Solo tienes que saber que para salir vivo de aquí, no tienes que acercarte nunca más a la joya del jefe.- Habló después de haberle dado una palisa a Jiwook junto con los otros dos hombre que estaban libres. De pie Jiwook se escogía de dolor por los golpes que había recibido, su rostro sangraba y sus labios estaban rotos, estaba inmovilizado completamente por los dos hombres detrás de él. Y ya estaba harto que el sujeto de en frete repitiera una y otra vez la misma cosa.

- Por segunda vez te lo digo, no tengo idea quién es tu jefe ni tampoco quien es esa joya de la que tanto hablas.

- Oh claro que sabes y lo sabes muy bien, mmn... ¿ te suena Kang Young soo?.- el rostro de Jiwook cambió por completo endureciendose en un instante y la mirada la cuál hace un momento se encontraba en el piso ahora se clavaba directamente en el sujeto que tenía en frente, sus ojos desbordan ira y la persona en frente de él no hacía más que reírse en su cara.

¿Confiarías en mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora