Lame.

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Hay veces en las que me pregunto; ¿Por qué el destino es tan malo conmigo? Luego recuerdo que nací defectuoso y se me pasa...

Ahora me encontraba siendo cargado en el hombro del hombre lobo, con complejo de macho alfa azotador, hasta el cuarto del que intente escapar. Por lo menos no tuve que caminar, ser caprichoso a veces tiene sus ventajas.

De un solo golpe abrió la puerta, caminó hasta la cama matrimonial y me arrojó en ella de una manera nada delicada.

- ¿Por qué mierda tienes que hacer todo tan complicado omega? - veo que se está por quitar el cinturón dandome una idea de lo que va a hacer, tomó mi barbilla para que no desvíe mi vista de sus muy enojados ojos. - Espero que ya no suceda, o sino te castigaré. - el cambio de color de sus ojos a un dorado fuerte causó un estreñimiento en todo mi cuerpo. - Y no estoy hablando de sentarte en un rincón. - se volteo para seguir con lo de terminar de quitarse la camisa que estaba algo arrugada.

Quiero seguir manteniendo mi promesa de seguir virgen pero este hombre... Mmm primero tendría que dejar de ver su muy fuerte y tallado torso con eso abdominales bien marcados, no tanto como los míos, sus brazos y-

Una tela callo en mi rostro sonrojado cubriendo mi vista, que de momento agradecí porque se me estaba poniendo duro.

- Ya se que estoy bueno, bonito. No hace falta babear. - sonrió ladinamente.

- Callate. - 

Desvié mi vista hacia otro lugar de la habitación para evitar su demoniaca cara de sinverguenza.

- Ven aquí. - se acercó a una de las orillas de la cama.

Haciendo pararme, él tomó asiento.

- Ya sabes que hacer, no me hagas esperar más. - Prendió un cigarrillo apoyándose con una mano sobre las blancas sábanas.

- ¿Que esperas que ha-  

Posó su mano libre en mi hombro ejerciendo fuerza haciéndome arrodillar frente a él y su gran bulto.

Trague grueso mientras se coloreaban mis mejillas fuertemente, abrí sus pantalones notando que no llevaba ropa interior, ignorando su burlesca mirada sobre mí tomé su GRAN miembro comenzando a masajearlo, él echó la cabeza hacía atrás al sentirse liberado. Ya queriendo terminar este vergonzoso acto lo masturbe rápido, pero no pude cumplir mi cometido por una mano sobre la mía.

- No quiero terminar rápido bebé, ponlo en tu sabrosa boquita. Ahí si quiero, manchar toda tu tierna cari- Agh! - 

No deje que terminé de hablar al meter toda su verga en mi boca ahogándome en el acto por el brusco movimiento, lo sentí estremecerse y empujar con fuerza en mi garganta, sentí que moría sino se detenía.

- Agrhh! - 

Se detuvo.

- Uff bebé, ¿ya lo has hecho antes? - me sonroje fuertemente. 

- Callate imbecil, y apurate que me quiero ir. - comencé a desvestirme notando su mirada en mí, para provocarlo gatee sensualmente hasta posarme en el medio de la cama y dejar caer mi pecho contra el colchón dejando en alto mi muy buen trasero, volteé mi cabeza hacía atrás viendo que tenía la boca abierta y el pene parado de nuevo. - ¿Así está bien? - incline mi cabeza sonriendo ladinamente.

- Perfecto nene. - 

Se colocó detrás mío tomando mis caderas, junto su pelvis con mi trasero creando una maravillosa fricción con su pene. Empezó a simular embestidas un poco fuertes arrancando me unos cuantos jadeos y gemidos mezclandose con el ambiente tan erótico que se creó en el cuarto. Al ser omega tenía fácil la tarea de dilatarme propiamente,  tomó su miembro y lo alineó a mi apretada y virgen entrada, entrando de una sola embestida. No esperó a que me acostumbrara a él y comenzó a moverse de la manera más dura que he conocido arrancando me, literalmente, gritos de placer y dolor mezclados llegando a casi desgarrar mi pobre garganta.

*Aromas*  - YoonMin - Omega VerseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora