Introducción

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Le he perdido.

Me gustaría decir que me di cuenta de esto justo en una fría noche de invierno y que por esto comencé a temblar; o que estaba pasando por un momento difícil, lleno hasta el tope de estrés y que en un desenfrenado acto, rompí a llorar, pero no fue así. En cambio me di cuenta que le había perdido durante el día, evocando al peor de los enemigos del amor: la razón. Y en mis razonamientos me di cuenta, inequívocamente, que le había perdido, también me percaté del momento en que por infortunio comencé a perderle, y así, razonando, comencé a temblar y llorar en un caluroso día... Y le he perdido.

Le he perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora