Nuevas lealtades

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Ahsoka había salido con éxito del senado, mientras, la noticia sobre el asesinato del canciller no tardaba en propagarse por todo el planeta junto a la imagen de la chica, quien estaba en busca y captura.

Anakin estaba angustiado mientras caminaba en círculos por la nave, la cual estaba por aterrizar. El jedi había visto en su datapad la noticia sobre el canciller, pero lo que más le inquietaba era la foto de su padawan, la cual estaba en busca y captura, tanto viva como muerta.

Rex, Padme y él estaban muy preocupados, debían informar ante el Senado sobre la verdadera identidad del canciller, así podrían retirar la orden en contra de ella, o por lo menos hacer que la quisieran viva en vez de viva o muerta.

Obi-Wan por su parte acababa de hablar con el maestro Yoda en solitario, debía avisar antes al gran maestro, él sabría que hacer.

-Dejarle ir debes-Coincidió Yoda-Una buena decisión tomado has-Alagó el pequeño maestro ante el rostro sombrío del pelirrojo.

-Espero estar haciendo lo correcto-Dijo Obi-Wan junto a un suspiro.

-Mostrarnos el resultado, el tiempo hará-Yoda dio una pequeña sonrisa- Si Skywalker esperanza tiene, traerla de vuelta hará-Obi-Wan suspiró llevando una mano a su extensa barba.

-Se que lo hará maestro, pero con todo respeto, usted sabe que cabe la posibilidad de que no regrese-Dijo él- Le destrozaría.

-¿Esperanza tú tienes? -Preguntó el gran maestro.

-Si, pero esa no es la cues-

-Entonces preocuparte por eso no has-Interrumpió Yoda con una sonrisa.

-El consejo-Comenzó el más pequeño.

-Del consejo encargarme yo haré-Volvió a interrumpir el hombre verde.

La llamada terminó y Obi-Wan se dejó caer rendido en la silla.
Él no quería que Anakin se sintiera decepcionado de él ¿Pero que otra cosa podía hacer?
Necesitaba que se fuera y si no le contaba al Consejo sobre que había roto las reglas no lo haría.





Ahsoka estaba escondida en un edificio de Coruscant, desde allí podía ver el templo Jedi.

Necesitaba aliados, pensó. Podía ser poderosa, pero el templo estaba repleto de Jedi que no dudarían en matarla, aquello no era como enfrentarse a su maestro, ella podía ver como él evitaba hacerle daño, no sería capaz de matarla. Pero el resto si, lo sabía, lo habían demostrado el día del juicio.

La joven sonrió al recordar a alguien. Quizás costara convencerla, ya que la última vez que la vio deseaba llevar una vida "tranquila", pero ella se encargaría de ofrecerle una oferta que no podría rechazar.

Ahsoka sonrió casi enfermízamente mientras saltaba de aquel edificio a los callejones.

Sin duda su plan no fallaría.



Anakin bajó molesto de la nave mientras cogía la mano de su esposa ya sin ningún miedo a ser descubiertos, su maestro los delataría.

-Anakin-Oyó a Obi-Wan llamarle, pero él siguió caminando hasta llegar a su nave, en la cual iría al apartamento de la senadora.

-Ani-Llamó dulcemente Padme, no estaba contenta con la decisión de Obi-Wan pero el pobre hombre parecía afectado por la indiferencia de su esposo-Escúchale-Pidió deteniéndolo.

Anakin paró molesto mientras rodaba los ojos al volver a oír su nombre salir de la boca de su maestro.

Padme le sonrió y entró a la nave para darles intimidad.

OSCURIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora