Esta historia inicia por la curiosidad que despierta una insignificante rosa blanca, la cual involucra el relato de Jacob Noriet sobre Sarah, su secreto y oscuro pasado el cual lo persigue, nuestro destino está en nuestras manos y nosotros decidimos...
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Uno de los dichos con más verdad, "El amor nos hace débiles" eso es porque a las personas que amamos no nos atrevemos a hacerles ningún tipo de daño ya que pensamos que el sentimiento es mutuo, el amor es una fortaleza pero siempre sales herido nos dejamos engañar por el corazón y creemos todas y cada una de sus mentiras...
-Sí, residían con migo, ahora le contare el motivo de ello-Dije con una voz dulce, pero note que Anna Berry me miraba demasiado, seria porque estaba atenta o ¿porque el cordero estaba siendo atraído? Hay varias probabilidades...
-Bueno prosiguiendo, Sarah mi Padre y yo residíamos en la misma casa solo que más amplia y arreglada, Mi padre se distancio de mi por un tiempo, pasaba un tiempo y volvíamos a distanciarnos, por cierto no dejo de trabajar, Sarah estaba en su última año de instituto, pero no solo por eso y por el simple hecho de ser mi amiga residía en mi casa, Sarah y yo nos teníamos un verdadero afecto mutuo-
-¿Estaban enamorados?-
-Siendo sincero con usted señorita Anna si, Sarah era como un vicio el cual yo era adicto, pero no siento rencor por eso-
-Ya veo, disculpe pero me es imposible imaginarlo enamorado Jacob- Dijo Anna divertida
-¿No cree que después de lo que vivimos somos muy formales platicando entre nosotros?- Comento la chica
-No, no lo creo, en particular soy formal con las personas que me caen bien-
-Usted también me agrada Jacob- Me sentía totalmente incomodo, y opte por cambiar la conversación
-¿Prosigo?-
-Claro-
-Bueno, para resumirlo, después de unos maravillosos meses, Sarah y yo éramos una pareja, mi padre estaba de acuerdo, todo iba extraordinariamente bien, amaba a Sarah de todas las formas posibles, me enamoraba de su simple mirada esos ojos cafés llenos de magia y dulzura, su piel blanca como la nieve, su hermosa voz que hacía que los problemas desaparecieran, su rebelde cabello castaño, su cara no se comparaba con todas las maravillas de universo, era simplemente perfecta y la amaba. Esos meses fueron los mejores de toda mi vida. Me ascendieron del trabajo, mi padre estaba cobrando más dinero, tenía a la chica de mis sueños a mi lado, ¿Qué más podría pedir?, si tan solo hubiese estado ahí mi vida seguiría siendo perfecta pero nada dura por siempre verdad.
