Era mi última semana en la arena, sentía un poco de nostalgia, pero por fin podré ver a mi prima y saber todos los detalles de su viaje. Se pasó demasiado rápido el tiempo y cuando menos lo pensé, ya era viernes.
Bibi había organizado una salida a la azotea del Luxury Place, donde nos contaría como les fue. Dos largos meses sin verla, ¡que emoción!
Decidí ponerme algo sencillo y cálido. Llego al lugar y es impresionante, mi prima se veía hermosa, la saludo con un gran abrazo y nos sentamos una junto a la otra.
-Bibi te miras bellísima, hay mucha luz en ti, hay algo distinto, que bien te sentaron las vacaciones.
-Ay primita tengo muchas cosas que contarte, pero primero quiero que vengas a saludar a los amigos del dedotes.
Nos dirigimos hacia el área de fumadores y lo primero que atrapa mi mirada, es KeMonito, no podía creer que estuviera aquí, de repente me sentí tan bien, tan tranquila.
-Chicos, ella es mi prima Clarisa, será la madrina de Dedita.
Abro los ojos de golpe ante la noticia-
-Bibi, significa que, ¿estás?
Mi prima se toca l vientre y asiente, ambas gritamos y brincamos para abrazarnos fuertemente al final.
Me la estaba pasando de maravilla, hacia la 1 am me disponía a irme, esperaba mi uber fuera del lugar, cuando KeMonito sale y se ofrece a llevarme, dudo un poco pero accedo.
Al principio fue un poco incómodo, pero él rompió el silencio y me pide disculpas por alejarse sin dar ninguna explicación.
-KeMonito, creo que la disculpa es más bien para mi papá, creo que el compromiso era entre ustedes, debió preocuparte el bien de la arena.
-Clarisa, creo que no estoy siendo claro.
KeMonito estaciona una calle antes de mi casa y apaga el auto.
-Clarisa, esa noche en la arena, sentí algo que jamás había sentido, estar contigo es algo indescriptible, tu presencia es muy pura y llena de energía.
-KeMonito no pensé que te sentirías así, me preocupó no saber de ti en mucho tiempo, pero al verte esta noche todo estuvo bien de nuevo.
Nos miramos unos segundos hasta que él se acerca y me besa suavemente, sentí como su pelaje azul recorría mi cara y brazos, su mano pasó cerca de mi cintura y me tensé, me sentí tan segura a su lado, no nos despegamos en mucho tiempo.
Me dejó en mi casa esa noche.