¿Qué pasa cuando se abrazan el amor y la muerte?
¿Se muere el amor? ¿O se enamora la muerte?
Tal vez la muerte moriría enamorada y el amor amaría hasta la muerte.
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● ꜰᴀɴꜰɪᴄᴛɪᴏɴ
● ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ x ᴏᴄ
● ᴛᴏᴅᴏꜱ ʟᴏꜱ ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏ...
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El Tratado convencional tenía varios artículos dónde cada uno era muy específico. Myeong-Suk comenzó a leerlo cuidadosamente tratando de encontrar algún error o quién sabe, algún tipo de trampa.
Realmente el príncipe Jungkook no le inspiraba mucha confianza puesto que éste mostraba un interés en ella poco adaptado al tiempo de relación, y eso no le agradaba a la chica.
Puede que ella haya ayudado a muchas personas pero la mayoría eran de su pueblo o cercano a éste, sin embargo, al príncipe Jeon apenas lo conocía por lo que aún dudaba de él.
Jungkook observó con atención a Myeong-Suk mientras ella estaba concentrada en el documento. Su largo cabello brillaba como la seda, y vestía un hanbok sencillo pero que le hacía ver elegante.
─ Tengo una pregunta ─ dijo la azabache.
─ Hágala ─ contestó el contrario.
─ En el artículo número 6 dice que deberé hospedarme en el palacio, ¿Por qué si se puede saber?
─ Considero que si se aloja en el palacio tendrá más facilidad en examinar a mi padre y poder hacer un estudio mucho más detallado.
─ No opino lo mismo. Podría perfectamente venir cada dos días por la mañana temprano, evaluar y verificar el estado de salud de su majestad, y finalmente marcharme a mi casa.
─ Entiendo, pero debe tener en cuenta que la distancia entre el Palacio y Seúl es bastante considerable, por lo tanto, tardaría horas en llegar. Además, si viniese cada dos días, y alguna vez sucede una urgencia mientras no está aquí, tan solo para ir a avisaros y después volver perderíamos un tiempo crucial para la salud de mi padre. Y tal cómo está su estado médico actual, no lo puedo permitir, ¿Me comprende?
Myeong-Suk suspiró entrecerrando los ojos.
Pudo notar la buena relación que tiene el azabache con su padre tan solo en la forma en la que hablaba de él, ese aprecio y cariño que tiene hacia él era el mismo que ella sentía por su amada progenitora, es por eso que pudo entender su situación.
─ Está bien, lo comprendo.
─ ¿Quedaron más dudas?
─ Sí, ¿Por cuanto tiempo deberé quedarme? Ya que en el acuerdo no lo específica.
─ No hay un tiempo determinado, pero lo que si le puedo asegurar es que una vez mi padre esté recuperado usted podrá marcharse libremente de aquí.
Sin más dilación, la joven apellidada Park tomó entre sus manos aquel pincel remojandolo en la tinta y, junto a la firma del futuro heredero al trono, plasmó la suya.
Mientras la chica estaba ocupada, Jungkook sacó el sello de la familia real, uno de los artefactos más importantes que heredaron de sus antepasados, de uno de los cajones que tenía cerrado con llave.
