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57. Vine a buscarte

"....."

"¿Una pelea? ¿Como una pelea a puñetazos?"

Xie Yu tarareó distraídamente en asentimiento, luego caminó hacia adelante. El palo que tenía en la mano raspó ruidosamente contra el suelo embarrado.

Zhou Dalei, que aún no estaba preparado para pelear: "....."

Xie Yu parecía ser un imán de lucha. Y en todas las peleas en las que Zhou Dalei había estado creciendo, probablemente no lo habría logrado si el viejo Xie Yu no hubiera estado presente.

Cada vez que Xie Yu se encontraba en campos de batalla humeantes como este, ni siquiera necesitaba hablar. Solo una mirada de él podría irritar a su oponente desde el fondo de su corazón: Está bien, quieres una pelea, ¿verdad? Me menosprecias, ¿verdad? Crees que no puedo vencerte, ¿verdad?

En este punto, Zhou Dalei extendió la mano y tiró de Xie Yu. "Jefe Xie, al menos espere hasta que encuentre un arma".

Xie Yu le entregó el palo en la mano. De todos modos, podría hacerlo con los puños desnudos. "Ahora hazlo tú."

"....."

Xie Yu era demasiado llamativo, e incluso el grupo que los miraba hacia abajo no pudo evitar darse cuenta de que entre el lote de Guang Mao había un chico que parecía ansioso por comenzar una pelea. Alzaron la voz y empezaron a gritar. "¡Bien! ¡Lo sacaremos hoy! Mei-jie, por lo general te respetamos como la hermana mayor de este lugar, pero te estás volviendo loco".

"¿Por qué molestarse en hablar tonterías con ellos?" El jefe sacudió la ceniza de su cigarrillo, encorvándose mientras caminaba. "¡Vinimos aquí para destrozar el lugar!"

Habiendo escuchado todo, los pensamientos de He Zhao sobre: ​​'Cuando vea a mi pequeño amigo más tarde, le daré una sorpresa. Maldita sea, soy un novio modelo. Cuando aparezca en todo mi esplendor, mi pqueño amigo morirá, y luego nos tomaremos de la mano y caminaremos juntos por la calle, tan románticamente', inmediatamente destrozados.

He Zhao se puso en cuclillas en la esquina de una calle desconocida, mirando el horizonte irregular de la zona residencial que tenía delante, y notó las palabras Guang Mao .

Pensó: Los días llenos de violencia de mi pequeño amigo son realmente emocionantes.

Xie Yu colgó el teléfono, se acercó y preguntó en voz baja: "¿Quién eres y qué haces? No puedes perder el tiempo en las calles así para siempre".

Xie Yu los escuchó durante un rato. Estaban escupiendo un montón de basura y no captó ni una sola pieza útil de información. Quién sabía qué trivialidades los habían hecho reunirse aquí hoy. Inicialmente había escuchado pacientemente, pensando que podrían decir algo nuevo, pero lanzaron insultos a diestra y siniestra, saludaron a dieciocho generaciones de sus antepasados ​​e incluso repitieron las maldiciones que usaban como un disco rayado. Cuando llegó el momento, solo parecían saber esas pocas maldiciones.

"Sólo una gentuza. Muy molesto. De North Street. Realmente joder... "La voz de Xu Yanmei todavía estaba ronca por solo haber fumado un cigarrillo e inconscientemente volvió a maldecir. Se detuvo abruptamente a mitad de la frase y miró a Xie Yu. "¿Qué estoy haciendo... debería preguntarte eso. ¿Qué estás haciendo? Lei-zai, será mejor que lo lleves y te vayas ".

Zhou Dalei se hizo a un lado e inmediatamente dijo: "¿Crees que puedo moverlo?"

Xu Yanmei: "......"

En pocas palabras, varios días antes, habían llegado varios camiones cargados de mercancías para Xu Yanmei. No había tenido suficiente ayuda en Guang Mao, por lo que le había pedido al supervisor que buscara a varias personas más. El supervisor, que era codicioso, había tomado un recorte del presupuesto y luego consiguió trabajadores de dudosos antecedentes para hacer el trabajo.