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39. Amor y paz

"¡Mantente fuerte! ¡Un verdadero hombre tiene ambiciones y metas! La oscuridad ante tus ojos no es oscuridad en absoluto". El profesor de gimnasia se había cansado de ponerse en cuclillas y también se sentó en el suelo. Miró la hora y luego hizo sonar el silbato.

He Zhao acababa de levantar su cuerpo. Al escuchar esto, tuvo que agacharse nuevamente. Dudó un momento y descubrió que realmente no podía seguir mirando a cierto amigo suyo. Si seguía mirando, probablemente no podría completar ni diez flexiones. Así que volvió la cabeza y su nuez rodó involuntariamente.

Esta vez, He Zhao no se quedó abajo demasiado tiempo. Terminó apresuradamente la flexión.

Ahora que los dos habían desviado la mirada, He Zhao miró atentamente el piso de la cancha interior, como si las flores fueran a brotar si miraba lo suficiente. Entonces Xie Yu le preguntó: "¿Cuántos?"

"Ah." He Zhao no podía pensar correctamente y no había estado prestando atención al recuento en absoluto. "No lo sé, ¿Tú tampoco estabas contando?

Xie Yu había vuelto la cabeza y estaba mirando hacia arriba y hacia un lado. Había varias vigas expuestas en el techo de la cancha interior y encima de eso, paneles de vidrio dispuestos en una cuadrícula. Xie Yu hizo una pausa antes de decir: "No conté".

"Probablemente más de diez".

Cuando He Zhao terminó de hablar, descubrió que no podía seguir mirando al suelo. Su mirada vagó, llegando lentamente a posarse en el cuello de Xie Yu, la línea era sorprendentemente hermosa y al final dijo, ya sea para él mismo o para Xie Yu, quien sabía: "Solo aguanta un poco más".

Está bien, él podría hacer eso.

Lo soportaría.

Cuando Xie Yu se acostó por primera vez, tenía muchas ganas de levantar una rodilla y enviar a este tipo a volar. Mantuvo una expresión fría, sintiéndose muy tonto. Sus exámenes de prueba habían estado ahí y en lugar de hacerlos, había venido a asistir a esta absurda clase de gimnasia.

Después de calmarse, comenzó a pensar en a quién mataría primero después de levantarse.

Luo Wenqiang, quien había arrastrado a Xie Yu a la clase de gimnasia bajo pena de muerte, estaba entrenando en el patio. Por alguna razón, sintió un viento helado a su espalda. Se frotó los brazos y se preguntó cómo era posible que el clima se enfriara tan rápido.

A He Zhao generalmente le gustaba hacer bromas, pero incluso él estaba bastante restringido en un momento como este... Xie Yu tuvo la impresión de que He Zhao estaba ansioso por huir, como si estuviera tenso para saltar en cualquier segundo, pero se estaba refrenando.

Xie Yu no estaba seguro de si el latido que escuchó en sus oídos era el suyo o el de He Zhao, especialmente cuando He Zhao bajó su cuerpo y los dos estuvieron pecho contra pecho durante varios segundos fugaces.

Xie Yu miró las vigas del techo y sintió débilmente que algo no estaba bien. O debería decir que este sentimiento, que algo no estaba bien, había existido durante mucho tiempo, pero era especialmente fuerte hoy.

Una bestia salvaje hacía mucho que se había instalado en su corazón, y aunque normalmente dormía tranquilamente, hoy estaba cargada de emoción y comenzó a rugir salvajemente. Era desconcertante, pero al mismo tiempo... muy emocionante, de alguna manera.

El profesor de gimnasia había comenzado el ejercicio contando y en algún punto intermedio había reemplazado el conteo por el silbato. Algunos de ellos no pudieron evitar pensar que estaba tratando de hacerlos secretamente hacer algunos más. Todavía se quejaban internamente cuando el profesor de gimnasia volvió a tocar el silbato y luego informó: "¡Veinte! Muy bien, ¡sigue adelante!"