VI Capítulo: }{Y A LA VEZ}{ [PAMELA]

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—No me hagas ir y follarte al frente suyo—, bramó Javier tras la línea. Mi cara ruborizada se apreciaba tras el espejo, negué aún sabiendo que no me vería— ¿Quien carajos es ese tipo?— Mordisquee mi labio inferior, iba a cortarle, pero por muy masoquista que sonase me ponia muy cachonda imaginarme follando al frente de Bastian, me daba morbo y debia admitirlo.

—Callate—, hable tangente—, ¿Quieres follar? Pues, buscate una prostituta que le hagáis lo que se te venga en gana y la dejéis en la cama con el coño lleno de leche—. Farfulle molesta—. A esa no le tienes que andar armando escenitas ridículas como si fueras su novio o marido ¿Me estas oyendo bien, Javier?— Escuche un gruñido proveniente de la otra línea—. A esa si la podés buscar luego h follartela, maldito imbécil—. Estaba molesta y excitada, demasiado para mi gusto, me sentía tan impotente. Me limpio las cuantas lágrimas que salieron sin darme cuenta y me levanté sintiendo una leve humedad en mi entrepierna. Me regañe a mi misma, no debía mojarme por ese cabron, pero me ponía tanto.

Suspiré y miré comprobando que estaba pasado el seguro de la puerta. Había llegado temprano, así que tenía unos cuantos minutos de sobra, podría jugar un poco para liberar tensión ¿Quien dijo que no podía? Me acordé de Javier recordándome que tocarme no era necesario, que el podía darme todo el placer sin necesidad de que metiera mis manos en el asunto. Pero Javier no estaba aquí y estaba muy enojada con el como para que me socorrista con su deliciosa y venosa verga o su boca mojadita y cálida. Así que baje mis diminutas braguitas empapadas lanzandolas por algún lado de mi pequeño camerino y no quite mi falda que me llegaba a las rodillas, solo alce la misma dejando que un leve frescor se arremolinarse en mi húmedo coño arrancándome un gemido. Estaba tan excitada, empapada y estarme torturandome era fastidioso, pues, solo quería correrme y lo necesitaba en esos momentos.

Baje una de mis manos a mi coño y acaricie mis labios inferiores despacito, suspiré cerrando mis ojos y dejándome caer en el pequeño sillón que tenía s un lado. Abrí todo lo que pude mis piernas enfundadas en unas medias de malla larga y comencé, con el pulgar, a juguetear con mi clítoris y tanteando mi entrada con el dedo medio. Solté pequeños jadeos involuntarios y no pare de toquetearme. Sin duda alguna esto era delicioso, metí mi primer dedo rápidamente y ahogué un fuerte gemido. ¡Demonios! ¡Que delicia! ¡Quería más! Y así lo hice, me metí en total tres dedos y no deje de moverlos, ni siquiera deje de toquetearme el clítoris.

—¿Pamela? ¿Ya estás lista, cariño? Han atrasado un poco la sección de fotos h el hombre de esta mañana te busca, ¡No para de insistir en que desea Verte!—Me asusté mucho al escuchar la vos de Bastian tras la puerta. Me tuve que morder los labios para así acelerar mis movimientos de mete y saca, no pensaba parar por él, quería correrme. Pero tuve que disminuir al escuchar que el hombre seguía ahí insistiendo y no pensaba irse ¿Que jodido hombre? Aún tenía mis ojos cerrados y mis tres dedos dentro. Me había quitado la camisa y el brasier en algún momento de mi toque juguetón. Estaba casi desnuda y solo quería, no, no quería, ansiaba ser follada fuertemente o correrme de una vez por todas.

—¡Dile que se vaya a la mierda!— Grité cuando agarre aire y volví a quedarme sin el al sacar y meter mis dedos tan lentamente como lo hacía justo ahora. Al escuchar murmullos enojados tras la puerta, se dejó paso luego un silencio y sentí minutos después como abrían la puerta. Mis ojos se abrieron nervioSa y sentí una gota de sudor bajar por mi cuello ¡¿Quien carajos había entrado?!



Ll.

ERÓTICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora