Reencuentro

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Con la runa tomada del suelo regresamos a dónde el chamán, con el niño en brazos del dragón aparecimos justo frente a el que salía del círculo blanco.

— Ponlo dentro— ordeno el chamán, una vez ahí una luz brotó del suelo y creo una especie de barrera
— ¿Que harás?— pregunté mientras el chamán buscaba algunas cosas dentro de un cofre
— Ya verás— y sujetando un espejo de plata el cuerpo del pequeño comenzó a brillar liberando una niebla roja que brotaba de su cuerpo como pequeños hilos hasta ser una pequeña neblina atrapada dentro del círculo.

La nube roja comenzó a condensarce en una pequeña piedra del mismo tono, el chamán la tomó en el aire la puso en la parte trasera del espejo atrayendose, quedaron unidos y parecía que nada podía separarlos.
— Pueden preguntar lo que quieran— el chamán hablo entregándonos el espejo cuya plata ahora era de un color carmesí...
— ¿Lo que sea?...— susurré y el chamán afirmó con un ligero movimiento de cabeza...

Estaba en blanco con el espejo en mano, un silencio se apoderó del ambiente mientras el dragón sujetaba mis hombros respirando en mi oreja. Por encima de mi hombro izquierdo susurro amo oído...
— ¿Que son ellos?— preguntó lo suficiente mente bajo para que solo yo escuchará.
— ¿Que son ustedes?— pregunté provocando en el espejo que la imagen reflejada se tornará turbia como si arrojarán una piedra en el agua, las mismas ondulaciones se formaban cambiando la imagen a un ambiente oscuro lleno de más seres como el.

— Eso no fue una respuesta— hablo Val tomando el espejo de mis manos — ¿De dónde son?— pregunto mirando el cambio nuevamente pero no mostró más allá de la misma imagen anterior...
— Creo que su espejo no funciona— lo regresamos al chamán que pregunto su nombre sin resivir nada útil a cambio.
— Esto no está bien— susurro audiblemente revisando la piedra detrás del espejo — No tiene nada de raro...— comento antes de dejarlo en el interior del cofre y caminó hacia nosotros.

— Los otros dos siguen aquí, de eso estoy seguro— con sus manos en nuestros hombros el peso regreso a mi cuerpo pero lo sentí menos incómodo que antes — solo noquéalos con la runa de purificación y yo me encargaré del resto— dijo al dejarlo atrás

Yua y yo no adentramos entre los árboles esperando alguna respuesta de ellos y más temprano que tarde, y justo como lo planeamos ellos se acercaron hasta nosotros
— Al fin dejaron de correr— el leopardo reia al salir de los árboles mientras el humano desenvainaba la espada de su espalda...
— Maldición no traje mi lanza— susurré a Yua quién se veía algo preocupado
— Tranquilo...— susurró — Se la quitaré y te encargarás de el...— me dijo dando un paso al frente

— ¿Que haces?— pregunté, pero sin una respuesta el rápidamente se abalanzó sobre el humano que empuño velozmente la espada que terminó a un costado del dragón.
Yua dio un grito ahogado mientras sujetaba la espada con sus manos para que no la moviera el humano, pero de un fuerte golpe en el rostro  por parte del leopardo Yua calló al suelo con fuerza y la espada en su mano derecha.
— ¡No lo dejes tan fácil!— Exclamó avanzando a el mientras yo salía del trance estupefacto en el que me encontraba...

Tomé una runa y me transporte a su lado, el sa o la espada con fuerza mientras un destello brotó de su mano izquierda cerrando la herida.
— Tomará algo de tiempo...— me dijo — Mantente alerta... de frente...— y al mirar el leopardo fijo su vista para cruzarla con la mía.
Destellante y carmesí me intimidaba en la oscuridad... podía sentir el frío de su irá rodearme pero...
— ¡Reacciona!— la voz del chamán resonó llevándome a la realidad de nuevo — No lo mires a los ojos— me dijo y al ver el leopardo que su truco no funcionó avanzo velozmente hasta mi, blandí el filo del arma frente a mi y retrocedió torpemente por la cercanía a la que nos encontramos.

— ¡Adelante!— exclamó y el humano corrió hasta nuestra dirección, no lo mire para no distraerme y Yua de nuevo estaba en pie a mis espaldas
— ¡Ataca!— ordenó Yua y golpeé con todas mis fuerzas aunque el leopardo esquivo el filo hacia la derecha no pudo evitar un puñetazo certero del dragón.
Torpemente retrocedió sujetando su pecho por encima del pectoral derecho.

Con el humano a su lado tomando una postura completamente defensiva nos miraba igual de apagado que la mayoría de los presentes en la plaza.
Tomé una runa de pureza de mi bolsa y me prepare para un ataque falso, me lancé al frente sin intención de golpear, claramente usaría al humano como escudo. Dicho y echo, salto entre la espada y el leopardo para frenar el ataque que no llegaría, más sin embargo la runa activada choco contra sus brazos.
Cubierto de la pureza cayó de espaldas completamente inconsciente.

— ¡Levántate!— ordeno el leopardo sin respuesta
— ¡Se acabó gato!— exclamó Yua al correr para golpearlo, más sin embargo bloqueó el golpe para el que no se veía preparado.
El leopardo retrocedió solo un poco para abalanzarse sobre Yua y una vez derribado por una tacleada y el leopardo sobre el cuerpo del dragón, con un fuerte y certero golpe directo a su espalda, provocó que el leopardo se retorciera un poco.

— ¡Agg— gimió de dolor, intento salir del agarre de Yua que lo rodeaba  con ambos brazos para que no escapara.
Tomé mi última runa de pureza, pero antes de siquiera activarla, golpeó la zona donde estarían los genitales de Yua con su rodilla.
Yua lo aflojo su agarre facilitando el escape del leopardo.

Cabreado el felino, mandaba una amenazante mirada directo a mi, Yua se levantó con una mano sobre su entre pierna.
— ¿Estás bien?— susurré con mi mano sobre su hombro sin dejar de ver al felino
— Si...— gimió un poco — No fue muy fuerte...—

— ¡¿Aún quieres más?!— pregunté al leopardo que no dejaba de mirarnos a ambos.
—...— Sin respuesta de su parte, Yua se colocó a mi espalda y ambos avanzamos directamente a el a gran velocidad.

Al verse sin más opciones, el leopardo gruño a la vez que corría en nuestra dirección.
Con la runa en mi mano izquierda al igual que Yua, lancé un corte al aire para distraerlo, sin embargo no funcionó como creí enterrando sus garras en mi mano a la vez que tomo la espada...

— Agg...— esboce en voz baja y Yua me tomo con ambos brazos a la vez que retrocedió de un salto.
— Eso estuvo mal— comento mientras el gato sonreía felizmente con el arma en manos — Usa tu poder, facilitará las cosas— dijo mientras sanaba mi mano con un simple toque... Refrescante la pequeña brisa que sentí en mi mano mientras las heridas dejaban de doler levemente.
— Eso bastará— y me reincorporo dejándome de pie en el suelo.

— Vale...— susurré mientras lograba sentir como la energía fluía por mis brazos llegando a mis manos provocando un ligero calor que terminó en un destello — ¡Mira!— grité al viento mientras la luz se disipaba dejándonos solo iluminados por la luz lunar.

— ¡¿Pero que?!— exclamó el leopardo al ver unas cuantas copias de mi y de Yua alrededor nuestro, Yua sujetaba mi hombro con una gran sonrisa, y al soltarme las ilusiones corrieron hacia el felino que se veía molesto. Empuño el arma y atacaba las ilusiones que al ser golpeadas parecieran tener masa, pues eran alejadas de un golpe sin desaparecer por completo.

Yua y yo nos acercamos por la derecha del leopardo, y mientras el estaba distraído por las copias salté sobre el tomando la empuñadura de la espada con ambas manos para que no la moviera a la vez que Yua aprisiono su cuello para que no se moviera.
Apretó con fuerza a la vez que el felino luchaba por escapar sin soltar el arma, soltaba patadas al aire sin conectar ninguna.

Ninguno podía realizar algún movimiento, estábamos en un pequeño punto muerto.
Era el o nosotros y no dejaré que lastime a Yua otra vez...

CaminataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora