Tacto

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Los minutos pasaban y el leopardo cedió lentamente, arranque el arma de sus garras mientras Yua dejaba lentamente su cuerpo inconsciente.
Respiraba lentamente sin moverse, Yua y yo nos miramos a la par que activé una runa de purificación. Lentamente la pose sobre su frente y su cuerpo destello encogiéndose un poco...

El leopardo lucía más joven que cuando lo enfrentamos, unos 16 años...
Yua lo cargo consigo y el soldado que estaba con el liberó un aura carmesí que se disipó en el aire.
Lentamente despertó aturdido por la situación y completamente desorientado. Miró alrededor bastante confundido y sin lograr estar de pie simplemente su cuerpo cedió y quedó recostado en el pasto donde se encontraba.

— ¿Dónde estoy?— pregunto aún en el suelo mirándome a mi y a Yua
— Cerca del festival de la guerra...— comenté y el se sintió algo molesto
— ¿Termino ya?— pregunto con un semblante triste
— Aún no... es el segundo día aún— el sonrió intentando alcanzarme con sus brazos pero estos apenas se movían a pesar de que se esforzará en levantarlos

— ¿Yua?— lo llamé interrumpiendo su revisión al joven leopardo...
— ¿Si?— pregunto sin apartar la mirada de su joven paciente
— Tienes más trabajo— le comenté pero el negó con la cabeza
— No puedo revisarlos aquí— respondió — Vamos a mi tienda— levanto de nuevo al leopardo y yo cargue con esfuerzo de que el caballero no callera al suelo, su cuerpo tan débil como estaba parecía gelatina al moverlo...
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El camino por el bosque fue un poco más raro que antes, nos sentíamos observados a cada paso que damos. Miradas frías y penetrantes a nuestro alrededor que perduraron hasta salir cerca de las tiendas.
— Yua...— susurré y el apenas pudo escucharme
— Lo se— ya sabía de lo que hablaba

Seguimos hasta la tienda de enfermería y recostamos a ambos en camillas separadas, el caballero se encontraba dormido a este punto. Yua tomo algunas cosas de un maletín y reviso los cuerpos de ambos.
Frágiles y sin energía, como si no hubieran comido en bastantes días...

Llevamos el leopardo al chamán que salía del círculo apenas nos vio entrar.
— Dentro del circulo— dijo mientras realizaba el mismo proceso que con el niño
La neblina brotó de su cuerpo formando una pequeña nube que simplemente callo en forma de una pequeña piedra carmesí que guardo junto al espejo de plata.

— No funcionó como quería...— susurro cerrando el cofre donde estaban sus cosas — pero al menos no molestaran mas— estiró su mano para ofrecer un apretón a mi y a Yua.
Aceptamos pero algo raro pasaba aquí... Por lo menos para mí.
— ¿Que son ellos?— pregunté dejando a ambos bastante sorprendidos

— ¡Wow! ¡¿En serio?!— exclamó Yua, su cara era la más clara expresión de desconcierto
— No es su culpa— dijo el chamán
— Ellos son lo más parecido a un "Demonio"— tomo un pergamino que me entrego con una imagen completa de ellos, grandes cuernos y apariencia ligeramente animal. Piel carmesí como si estuvieran bañados en sangre y pelaje aún más oscuro — Pero el tiempo debilitó a su raza y lo único que hacen es "poseer un cuerpo" como si fueran parásitos para "existir"— termino de relatar a la par que Yua se despedía de mi
— Regresaré con el otro— susurro y yo asentí

— Es todo lo que se sobre ellos, y como expulsarlos de quién poseen— termino su muy corta explicación...
— ¿Y tienes idea de lo que soy yo... y Yua?— pregunté algo tímido y avergonzado pero intrigado por la duda
— Renacidos...— dijo a secas — Mientras que el resto de las personas aprende a usar la magia y quedarse sin energía al usarla, ustedes reciben el poder entero del ambiente— aclaró

— Pero... ¿Porque?— cuestione al sentirme vacío
— Nadie lo recuerda... Tan solo sabemos que nacen 5 en nuestro territorio...— separo su mirada de mi para tomar una su bastón del suelo — Solo puede haber 5 a la vez...— dijo sin mirarme completamente...
— No entiendo...— conteste a su explicación...

— Sería más fácil si todos lo supieran, hace siglos eran tratados como dioses en vida cuando los "demonios" corrían libres—
— ¿Hace cuanto?— pregunté
— Siglos...— respondió con los ojos cerrados — todo lo que quedan son escritos y cuando fallaron hace poco perdieron su prestigio—

— ¿Que ocurrió?— pregunté intrigado por su relato, como un niño pequeño atento a las palabras de su mayor
— Ninguno apareció cuando los necesitaron...—
— ¿A qué se refiere?— cuestione
— Simplemente desaparecieron por completo, algunos los defendían creyendo que fueron asesinados y otros clamaban que abandonaron a su gente...— pauso al verme toma asiento — Pero simplemente el ciclo se cortó, aunque nadie sabe porque—

— ¿Qué se supone que tenemos que hacer?— pregunté por último mientras el sonreía un poco
— Lo que quieran, ya nadie cree necesitarlos jaja— el río como si no fuera problema — están libres de su cargo y pueden ser un héroe normal como el resto o venderse para ganar "adeptos" que te querrán solo si no les fallas— su cara no cambiaba de una mueca burlesca...

A decir verdad no sonaba nada mal el pasar desapercibido, si nadie nos quiere ¿Para que intentarlo?
— Pero yo les agradezco por intentarlo...— levanté la mirada sumamente confundido — Querías poner el nombre de los Renacidos en alto de nuevo pero fallaste por muy poco—

— Eso debió ser estúpido jaja— conteste riendo y el acompaño mi gracia con una carcajada sonora
— Como no tienes idea Val...— el bajo la mirada y yo me puse de pie
— Iré con el dragón— sonreí levemente — gracias por la plática— salí de la tienda sin que dijera nada más que un
— Vuelve tarde— apenas audible

Entre en la tienda del dragón para encontrarlo recostado en una camilla a lado del soldado inconsciente
— Llegaste— respondió levantando la cabeza e invitándome a recostarme a su lado con su mano
— ¿Qué ocurrió con el soldado?— pregunté
— Despertara en unas horas...— contesto recostando me sobre su pecho — mis poderes lo ayudarán a mejorar— apretó el abrazo en el que estaba para finalmente besar mi frente.

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