TERMINADA//2°da parte en mi perfil// ASH DRAGONS//
La vida de Roxane Lestrange nunca ha sido fácil.
Ahora vive con sus tíos en la mansión Malfoy desde que Walburga Black murió.
Va a empezar su segundo año en Hogwarts, ya que estudió en Durmstrang...
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-Explícamelo otra vez Charlie.
Terence y Charlie habían subido a su habitación a hablar. El pelirrojo necesitaba contarle a alguien lo que había ocurrido en los jardines.
-Ya te lo he dicho. El idiota de Vane se ha llevado a Roxane. - dijo mientras daba vueltas a la habitación mordiéndose las uñas nerviosamente - Y presiento que esta vez es algo serio. - ya solo le quedaban 5 dedos que morder.
Terence miró al suelo pensativo.
-Reyna también estaba rara después de la cena.-comentó al meditar sobre el asunto - Pero sigue aquí. - explicó el rubio. La relación entre él y Reyna se había estrechado mucho más de lo que a la Slytherin le hubiese gustado admitir. Hasta llegar al punto de no querer ocultarle al comentarista su mayor secreto. Lo cual, era más que extraño viniendo de ella.
-¿Estás seguro?
El rubio asintió impacientemente.
-En ese caso me voy a hablar con ella. Tiene que darme muchas explicaciones de lo que le está pasando a Roxane. - añadió mientras se acercaba a la puerta en dirección a la sala común de las serpientes.
-Ya veremos si consigues hacerla hablar...- murmuró le rubio resoplando antes de seguir a su amigo por los pasillos a un paso más calmado.
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El suelo estaba frío.
La pelinegra no podía presumir de ver la que seguramente sería una estancia espantosa, pero sabía que le suelo estaba congelado.
Además de eso, el resto era una copia más de las repetidas pesadillas que llevaba teniendo durante años. Atada de pies y manos en un sótano (puede que ahora en una mazmorra, a juzgar por el olor) incapaz de ver y oír nada que la ayude a saber dónde esta o cómo salir. Por suerte, el hecho de estar viviendo la pesadilla que soñaba tan repetidamente pareció tranquilizar inconscientemente sus nervios naturales. Al fin y al cabo estaba acostumbrada a verse en esa situación.
Intentó recordar lo último que había pasado antes de verse allí encerrada. Pero al hacerlo, sólo se percató de un dolor punzante en el antebrazo. El mismo en el que descansaba su marca tenebrosa. La misma que odiaba desde incluso antes de verla impregnando su piel. Marcándola como alguien que no es.
Unos pasos sonaron en la lejanía. Bajando unos escalones.
A pesar de no poder ver nada. La pelinegra buscó a tientas una pared cercana y se dejó caer contra ella. Prefería averiguar todo lo que pudiese sobre aquel lugar antes de dar señales de vida.
El sonido de una puerta metálica le dio la razón a su idea. Estaba en una mazmorra. Los pasos se acercaron , y acompañándolos, una luz de varita dibujaba la silueta de la persona que Roxane menos esperaba encontrarse.
