¿Existe el amor a primera oída por la voz de una persona? Seguramente sí, si ella canta como un ángel caído del cielo.
-No cruces la pared. Hablemos así, sin vernos.
Si no podré tomarla entre mis brazos, no la hubieras cruzado en mi camino.
Pero por...
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Uno pensaría que después de la difícil situación estarían más separados, pero la verdad es que no.
Ya no tenían miedo de ser criticados y el lunes a primera hora Jinsol fue capaz de divisar al grupo casi completo hablando animadamente.
Incluso si nos hacen sentir como que no encajamos, nos pertenecemos los unos a los otros.
—Hey, ¿cómo estás?— Preguntó a Jungeun, sabía que ella estaba en una situación peor a la suya.
—Me escapé a la casa de los Jeon.
—¿Estás bromeando?
—Nop. Jungkook me dijo que no son homofóbicos y me ofreció quedarme mientras mis padres desatan la tercera guerra mundial en casa.
—Suena divertido, ¿puedo quedarme con ustedes, también?— Bromeó para luego recibir un golpe y una risa corta de su parte.
—Tenemos una noticia.— Dijo Chaewon con su típico acento sifrino (fresa).
Se pusieron expectantes ante la joven rubia y se sorprendieron cuando confesó.
—Hyejoo y yo somos novias.
Todos empezaron a aplaudir y a hacer vítores o burlas hacia la primera y única pareja oficial del grupo mientras estas hacían reverencias fingiendo agradecer al público.
Jinsol no pudo evitar mirar a Jungeun y tomar su mano, ambas sabían lo que significaba. Jungeun miró a los ojos y la mayor pudo verlos temblar por el miedo pero apretó su mano queriendo darle una sensación seguridad.
Nosotras también merecemos ser felices.
—Ven conmigo.— Le pidió y tomó su mano para jalarla hacia la capilla.
—Las clases empezarán pronto.
—No pasará nada por perder una clase.— Jinsol la besó suavemente en los labios y fue moviéndose hasta su mentón. —O un par.— Siguió besándola hasta hacer un camino por su cuello para luego volver a sus labios. —O el resto del día.
La menor suspiró en sus labios y Jinsol se sintió descontrolada, pero logró separarse de ella para sentarse en la silla del viejo piano que las había acompañado durante toda su historia.
En mi mente estás, palpitando a mil
Y verte a mi lado es mi necesidad
El dejarte ir o decir adiós es morir en vida, es negarme a mí
Que mi libertad se termina en ti
Y sentirte cerca de nuevo es saber que te estoy amando
Tú y de nuevo tú
Dejas que naufrague justamente en ti
Tú, mi locura tú
Me atas a tu cuerpo, no me dejas ir
Tú, adherida aquí, entre cada átomo
Entre cada célula vives tú
Todo lo llenas tú que vienes y pasas como un huracán
Tú, total y plena tú
Te haz vuelto mis fuerza y mi talismán
Tú, silente y sutil entre cada átomo
Entre cada célula vives tú
Tal y como esperó, volvió a interrumpirle con un beso; esta vez más tierno y menos pasional que el anterior.
—Te quiero.
La mayor sintió su corazón revolotear al escucharla.
—¿Así se siente el amor? Me haces temblar.— Jinsol admitió sin vergüenza, con ella no existía la vergüenza. —Me siento tan segura contigo que me asusta.
—No lo sé, nunca me había pasado.— Confesó. —Es la primera vez que me gusta alguien.
—¿Ahora qué hacemos?
—Sé mi novia. No entiendo mucho sobre esto pero sé que te quiero conmigo siempre.— Le pidió segura.
La mayor no pudo evitarlo y la besó con toda la emoción que su pecho almacenaba.
Ya no importaba la cámara ni la escuela o nuestros padres. Sólo eran ellas dos, amándose, y eso no podía estar mal.
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