¿Existe el amor a primera oída por la voz de una persona? Seguramente sí, si ella canta como un ángel caído del cielo.
-No cruces la pared. Hablemos así, sin vernos.
Si no podré tomarla entre mis brazos, no la hubieras cruzado en mi camino.
Pero por...
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—Mejor quita esa mala cara y diviértete un poco. Te ves fea así.
—Yah, Sooyoung. No la molestes.
Estaban los dos bandos en esta salida, Sooyoung que se encontraba de mal humor por la actitud de Jinsol y Jiwoo que insistía en que la dejara tranquila.
Obviamente su mejor amiga no le hacía ni le haría caso.
—Si te hace sentir tan mal, llámala y pídele matrimonio de una vez.
—¡Sooyoung!— Le reprochó sonrojada ya que Jiwoo estaba ahí con ellas y podía decirle a Jungeun.
Jiwoo la miró con una cara incrédula e inocente. —¿Te gusta Jungeun? ¿Cómo no me di cuenta?— Dijo más para sí misma que para la mayor mientras mantenía un gesto curioso.
Por lo menos ya se conocían lo suficiente como para saber que a Jiwoo no le molestaba eso, de hecho, parecía ser bastante natural para ella porque cuando Jinsol salió del clóset se lo tomó muy bien. Aunque ahora que lo pensaba, tenía sus sospechas sobre algo entre ella y Sooyoung.
—Uhm.. Sí, lo siento, no tengo malas intenciones.
—Está bien, te creo.— Y luego se fue dando brinquitos felizmente hacia un pequeño puesto de algodones de azúcar para pedirle a Sooyoung que le comprara uno.
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—¿Quieres comprar un piano? Lo digo porque he visto que vas seguido a la capilla. Tengo un amigo que sabe sobre eso, tal vez pueda recomendarte alguno.— Mencionó Sooyoung mientras pasaban por una tienda de instrumentos musicales y amplificadores de sonido.
—Aún lo estoy pensando.
¿Su vista estaba engañándola o ese era el hermoso perfil de Kim Jungeun mientras probaba uno de los teclados expuestos?
Se sintió dispuesta a acercarse hasta que vio un alto y bien vestido muchacho pararse detrás de ella para luego entregarle una flor voluminosa, exótica y probablemente cara.
Su estado de ánimo volvió a decaer justo como estaba cuando recién llegaron al centro comercial o incluso peor.
—Oigan, la función empieza en 15. ¿Vamos yendo hacia la sala?— Exclamó Sooyoung que ya estaba un poco alejada de las demás.
—¡Por mí está bien!— Chuu prácticamente saltó hacia ella para tomar su brazo con entusiasmo, igual que siempre.
—¿Jinsol?
No podía apartar la vista de ese guapo muchacho sosteniendo suavemente la cintura de Jungeun mientras ella lo dejaba, pero también pensó que quedarse ahí sólo la lastimaría más y que de todas formas, ya no tenía nada que hacer en ese lugar.
Yo no tengo cabida allí.
—Sí, vamos.
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