Una promesa

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Lucifer maldijo por lo bajo al ver que Azul se encontraba parada detrás de la falsa Alma y sostenía el abrecartas contra su garganta, mientras le preguntaba quién era

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Lucifer maldijo por lo bajo al ver que Azul se encontraba parada detrás de la falsa Alma y sostenía el abrecartas contra su garganta, mientras le preguntaba quién era. Se preguntaba desde cuando esa humana sospechaba que esa Alma no era la verdadera pero, sobre todo se preguntaba quien había roto los pactos al decirle lo que no debía saber siendo una simple humana.

―¡Dime quien eres!― exigía Azul apretando el filo contra la garganta de la falsa Alma.

―Tu hermana...― respondía esta con voz tensa― Azul...¿Que haces...?

―No...no lo eres...¿Quien eres?― grito presionando mas fuerte hasta que un hilo de sangre broto del cuello tenso de la ex muerte.

―Azul... por... favor... soy... tu hermana...

Lucifer deseaba más que nadie poner sus manos sobre el cuello de la ex muerte por hacerle eso a su Alma confabulándose con Jeremy pero, por el momento solo debía fijarse de que nada le sucediera, no hasta recuperar el cuerpo de su mujer, así que dejando de lado el placer que le daba verla suplicar, hizo lo único que se le ocurrió y justo en el momento en que Brisa había decidido intervenir. Se materializo ante Azul y la miro fijamente.
La falsa Alma no lo vio pero si, Brisa y Azul.
El ángel siseo molesta al verlo y Azul se asusto tanto que retrocedió unos pasos soltando el abre cartas, dejándolo caer.

lo recordaba vagamente del día en que Alma le había salvado la vida, sabia que no era peligroso para ella y aun así le causaba un terrible pavor verlo tan tangible ante ella.

―Pero...¡¿Que rayos...?!― murmuro, buscando con la mirada al hombre de negro cabello y mirada profunda que había aparecido ante ella y luego desapareció con la misma rapidez.

Alma falsa, aprovecho el desconcierto de Azul para escapar de ella, alejándose lo suficiente como para no correr peligro.

―¡Azul! ¿Estás loca? ¿Porque hiciste eso?― le preguntaba en un estado de alteración incontrolable, sin sacar la mano temblorosa de su cuello― ¡¿Intentabas asesinarme?!

Azul pestañeo repetidas veces y miro a "su" hermana sin comprender.
Lo que sea que se había apoderado de ella ya se había ido por completo y nuevamente estaba en sus cabales. Se miro las manos consternada. ¿En verdad estuvo a punto de asesinar a su propia hermana? El cuerpo le temblaba, el corazón lo tenia acelerado y la imagen del hombre de negro no se borraba de su mente. ¿Quien era y porque apareció de la nada, para luego desaparecer del mismo modo?

―¿Que?― pregunto tomándose de la cabeza pues le dolía mucho― ¡Me duele!...¡Alma, me duele!

―¿Azul?

Azul dio un paso hacia ella, el mismo que su hermana mayor retrocedió por instinto y luego se desmayo. Alma se quedo un momento mirándola y luego a su alrededor, agitada y temblorosa, pues era la primera vez en mucho tiempo que no sentía tanto temor.

El retorno de la reina infernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora