Primera noche (Vernon)

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Apenas Boo abrió la puerta, salí al exterior a respirar (aunque no necesitaba respirar).

No era que no me gustara estar con Kwannie, creo que, de todas las personas del mundo, no hay mejor persona con quien estar encerrado en una cabaña, pero, aun así, es quedarse allí, en esa oscuridad, encerrado, atrapado. A Boo parece no afectarle o al menos no lo demuestra, pero yo extraño tanto el sol, hecho de menos su calidez sobre mi piel...

Miré a mi alrededor, la tenue luz de la luna se filtraba por los arboles frondosos que nos rodeaban, era interesante ver como todo tenía un tono diferente.

Me di vuelta hacia la cabaña, Boo estaba en la puerta, tenía una pequeña paloma blanca entre sus manos; era la respuesta de Sofia, había llegado a salvo al pueblo, respiré aliviado.

Cuando nuestros ojos se encontraron, él miró a otro lado, soltando a la paloma para que volviera con su dueña, era divertido ver sus expresiones.

Me acerqué a él y le sonreí.

—¿Una carrera hasta el lago? —le ofrecí, sonriendo.

Él me miró por unos segundos y sonrió en respuesta.

—Bien, pero si gano, te tocará buscar los ingredientes que me faltan, aunque queden sobre la montaña —respondió Kwannie, cerrando la puerta.

Asentí y antes que siquiera me pudiese preparar, Seungkwanie salió volando en su escoba, no era justo, pero sí divertido.

Comencé a correr tras él, a flotar velozmente, intentando esquivar los árboles y alcanzar a Boo.

Continué la marcha, ya íbamos a mitad de camino, Seungkwan seguía volando frente a mí en su escoba, pero su velocidad iba disminuyendo, fue mi oportunidad para poder sobrepasarlo. Pasé a su lado y le sonreí, mientras me adelantaba y lo dejaba atrás. Su rostro estaba rojo, incluso en la oscuridad podía notarlo, se notaba que se estaba esforzando.

No era la primera vez que jugábamos así, aunque antes era diferente, pero yo siempre ganaba.

Miré adelante, ya podía ver el brillo de la luz de la luna sobre el lago (aunque era más pequeño que un lago, como un estanque), un poco más y llegaría a la orilla, pero... no tenía intensión de ganar, quería dejarlo ganar, aunque no podía dejar que se enterara o se enojaría.

De a poco comencé a disminuir la velocidad y en segundos Kwannie volvió a pasarme, pude ver su sonrisa torcida al segundo que pasaba a mi lado y seguía rápidamente en dirección al lago.

Pasó junto a los últimos arboles y levantó los brazos en victoria, soltando su escoba. Iba demasiado rápido y del impulso, salió volando en dirección a las aguas del mismo lago. Me lancé hacia adelante con todas mis fuerzas, volando a su encuentro, alcancé a agarrarlo entre mis brazos, antes que cayera al agua. Lo agarré y aferré contra mí, tirándome hacia atrás sobre el pasto.

Me quedé sin moverme por varios minutos, mientras sentía como Boo respiraba rápidamente entre mis brazos, acaricié su espalda y luego lo miré a los ojos, acomodando su cabello.

—¿Estás bien? —pregunté sonriendo.

Me miró con el rostro encendido, haciendo puchero, se movió entre mis brazos para sentarse a mi lado.

—Sí, estoy bien —chilló sin mirarme, podía ver sus mejillas, incluso sus orejas rojas.

Reí y me acomodé a su lado, sentándome y sacudiendo mi ropa, Seungkwannie seguía sin mirarme, su vista estaba fija en el lago.

La luna estaba en su punto más alto, así que la luz de ésta se reflejaba sobre el agua. Se veía hermoso, como un faro brillando tenuemente y esparciendo su brillo a la copa de los arboles que estaban alrededor y la frondosa vegetación que crecía por todos lados.

As Day and NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora