29

650 81 21
                                    

29 | Capítulo veintinueve.

29 | Capítulo veintinueve

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

DANI

-Hola, Valu -susurré al entrar en la habitación-.

El aire era cálido, con esa sensación de hogar que solo encontraba estando con él. La luz de la mañana se filtraba tímidamente por las cortinas, dejando ver el desorden de la habitación: nuestras zapatillas tiradas por ahí, su buzo mezclado con el mío sobre la silla, las sábanas revueltas enredando su cuerpo. Una sonrisa se asomo en mi rostro, al imaginar cómo sería nuestra casa si viviéramos juntos.

Valen dormía boca abajo, con la cara hundida en la almohada, el cabello despeinado cayéndole sobre la frente. Se veía tan tranquilo, tan distinto a su versión despierta y enérgica, que me quedé un momento ahí, mirándolo, absorbiendo cada detalle.

Me subí a la cama con cuidado y apoyé una mano en su hombro, sacudiéndolo suavemente.

-Valentín, despertate.

Él gruñó un poco, moviéndose apenas, y su voz salió pastosa y dormida.

-Un ratito más...

Sonreí con ternura.

Me iba a levantar y dejarlo dormir, pero de repente, su brazo se deslizó bajo las sábanas y me rodeó la cintura con naturalidad, arrastrándome contra él.

Mi corazón se detuvo un segundo.

Antes de poder reaccionar, ya estaba pegado a su pecho, atrapado en su abrazo.

Mi cabeza quedó apoyada sobre su clavícula, su aliento cálido chocando contra mi cabello en cada respiración. Sentí su pecho subir y bajar contra el mío, su mano grande en mi espalda, su piel tibia rozando la mía.

Un escalofrío me recorrió entero, ¿Qué se supone que haga ahora?

Me decía a mí mismo que debía levantarme, pero mi cuerpo, muy rebelde, decidió lo contrario. En lugar de alejarme, me acomodé mejor contra él, acurrucándome en su abrazo como si fuera el lugar más seguro del mundo.

El sueño volvió a envolverme, y sin pensarlo demasiado, escondí mi cara en su cuello, inhalando ese aroma que siempre me tranquilizaba. Y así, no supe en qué momento me volví a dormir.

[...]

Cuando desperté, fue distinto.

No fue la luz ni el ruido lo que me sacó del sueño, sino algo más. Algo cálido, suave.

Sentía la respiración de Valen en mi nuca, el leve roce de su nariz contra mi piel. Sus dedos deslizándose con una lentitud delicada por mi cintura, subiendo y bajando en caricias perezosas.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza, cada latido resonando en mis oídos como un tambor.

No me moví. No quería arruinar el momento.

-Buenos días -murmuró él, con esa voz ronca de recién despierto que me hizo estremecer-.

Tragué saliva y, sin pensarlo, me aferré más a él. No quería soltarlo. No quería que esto terminara.

-Valu -susurré, sintiendo que mis mejillas ardían-.

-¿Qué pasó, chiqui? -preguntó con dulzura, y su mano subió hasta mi pelo, enredándose en mis mechones con una caricia lenta, adormilada-.

Cerré los ojos con fuerza. Dios, Valentín, ¿Por qué me trataba así? ¿Por qué hacía que mi corazón se sintiera así?

-No te muevas... Me quiero quedar así -admití con vergüenza-. 

Sentí su sonrisa contra mi cabello antes de que respondiera:

-Voy al baño y vengo, ¿dale?

Negué con la cabeza, aferrándome más a él.

-Quedate un poquito más -murmuré, mi voz apenas un hilo de sonido-.

Valen suspiró y escondió la cara en mi pelo, dándome un beso ahí, apenas un roce, como si fuera lo más natural del mundo.

Y yo... Yo sentí que me derretía.

Cuando finalmente se levantó y salió de la habitación, me quedé quieto, sintiendo la ausencia de su calor como un vacío insoportable.

El frío me envolvió de golpe.

Y ahí, en ese silencio, la verdad me golpeó con fuerza.

Estaba pasando otra vez.

Me gustaba Valen. Siempre me había gustado.

Y no tenía idea de qué hacer con todo lo que sentía.

REDES (wosani) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora