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— Nunca creí que probaría a alguien que no se alimenta solo de carne— Dijo el de piel canela. Yuu se sentía como una presa en este instante.
Después de todo, tenía literalmente a un león encima, miraba atentamente al chico, definitivamente estaba pecando demasiado.
— ¿En el escritorio...? — Un lametón por detrás del lóbulo de oreja le dio respuesta a su pregunta. — Caliente... — Agregó haciendo un espacio entre su hombro y su cuello.
El león no le respondió a lo que había dicho, sentía como su lengua bajanba desde su oreja hasta su cuello. La playera blanca que llevaba comenzaba a estorbar.
Retiro el doblez que Yuu siempre le hacia, el chaleco fue lentamente bajando. Comenzaba a sentir el calor en su cuerpo. Pobre criatura.
— E-espera, espera... — Dijo entrecortadamente, el león no estaba siendo agresivo en lo absoluto, quería ir rápido y sentir más calor en su cuerpo, pero, no podía hacerlo. Yuu no era tan fuerte como él.
Maldecía tener colmillos, podía marcar cada parte de su cuerpo, si, pero, corría el peligro de que lo hiciera demasiado fuerte y comenzará a brotar sangre. Que era lo que menos quería ahora.
La de ojos verdes comenzó a jugar con su cabello, mientras que el contrario bajaba su lengua por su cuello, besando este de vez en cuando.
— No te aruñes como un gato, seria hacerle honor al apodo de Ruggie — Dijo, Yuu tuvo que soltar sus piernas de la cintura del más alto, podía actuar como un gato sin darse cuenta.
— L-Lo siento... — Él levantó su mentón, luego le planto un pequeño beso. Yuu quedó con menos fuerza en las piernas que antes.
Sin duda quedaba sumisa ante los líderes de dormitorio, no podía evitarlo, todos tenían su encanto.
Sin darse cuenta su camiseta desapareció por completo, los besos de Leona fueron a parar a los hombros de la chica. Se sentía bien.
Dejó caer una pequeña mordida en su hombro izquierdo. Esto hizo que Yuu se pusiera un poco rígida, él no lo hacía con demasiada fuerza, de todos modos, no se quejaría si lo hacía realmente fuerte.
Era masoquista. No importaba si corría sangre o no. Si ella podía disfrutar de esto, lo haría con todas sus fuerzas.
—A-ah... T-tú cola se enredó en mi pierna, Mgh... — Otra mordida fue dejada en su cuello, siendo esta más fuerte que la anterior.
— ¿Te molesta? — Le interrogó el contrario. Yuu negó con la cabeza varias veces.
— En lo absoluto, es lindo.. — Y a pesar de estar en una situación tan jodidamente sexual, ella seguía sonriendo como la chica inocente que aparentaba ser.
«Quiero... Tocar.» Pensó, luego pasó sus manos por toda la ancha espalda del más alto. Sintiendo como este se contraía al ser tocado.
Leona se molesto un poco, esa reacción por parte de él... No le había gustado tanto, termino por estampar el cuerpo de la chica contra el escritorio.
