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Me llené de valentía y fui hasta él. Estaba leyendo un libro de medicina.

Había planeado un discurso muy romántico, pero al momento en el que alzó sus ojos hasta mi, me quedé muda.

"—Hola, Anne —me saludó, cerrando su libro.

—Yo... eh... ¿Hola?"

Y desde ahí todo fue de mal en peor.

Comencé a hablar rápido. Ni siquiera se me entendía.

Y terminé diciéndole mis sentimientos por él de la forma más ridícula posible, porque si fuera poco, me caí por culpa de una mochila tirada en el suelo.

Gilbert, siempre tan caballero, me ayudó a levantarme y con el rostro lleno de angustia, me dijo que no sentía lo mismo por mi. Que estaba enamorado de otra persona. Que no quería dañarme, pero estaba siendo sincero. Dijo que no quería sonar insensible ni tampoco quería que yo pensara que lo hacía con intención de que me doliera. Solo estaba diciendo la verdad.

Le sonreí, apenas siendo consciente de que mis lágrimas caían por mis mejillas y le dije:

"—Oh, no te preocupes Gilbert, no es nada".

Y me fui, caminando lo más rápido posible.

No debí decir nada, maldita sea. No me costaba mucho seguir guardando estos sentimientos hasta que se esfumaran.

𝑮𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕 (𝑨𝒏𝒏𝒆 𝒙 𝑮𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora