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ANNE

No puedo, no puedo, no puedo, no puedo.

Es algo cruel.

Es algo realmente cruel.

Pero claro, siempre estaba la Anne malévola.

Hazlo, quizá tenga celos. Vamos, Anne.

Y luego venía la Anne benévola.

¡No! ¡Vas a dañar sus sentimientos! ¡No somos una mala persona!

Sin embargo, las dos se unían para decirme algo claro.

Necesitas olvidar a Gilbert.

Necesito olvidar a Gilbert.

¿Quién mejor para eso que Narciso?

Narciso, Roy, Royal, Gardenr, el amargado, etc.

Como quieran llamarlo.

Mi idea era salir con él por varias razones. Primero, tenía un buen gusto literario. ¿Quién no quiere salir con un lector? Segundo, es guapo.

Y puede que me atraiga un poco desde que lo vi jugando básquet. Juega bien. Bastante bien.

Le gusto, a mi me puede gustar y, ¿quién sabe? Puede ser que tengamos algo y yo finalmente me olvide de Gilbert.

Eso no te lo crees ni tú, replicó la Anne benévola, sufre en silencio y no le hagas daño al pobre chico.

Deja, tonta, que es un buen plan. No va a estar toda la vida detrás de Gilbert cuando él está muriéndose de amor por la rubia esa, le hizo callar la Anne malévola.

Por primera vez en mi vida le iba a hacer caso a la Anne malévola.

—¿Qué te parece si vamos al centro de patinaje? —pregunté, llegando a su lado.

Narciso enarcó una ceja. —¿Quieres salir conmigo? ¿Tú?

—No, mi gata quiere salir contigo, yo vengo de mensajera —ironicé, rodando los ojos.

—¿Qué puedo decir? Hasta los animales me aman.

—Narciso, ¿vamos o no?

—¿Y el futuro doctor?

—¿Él qué?

—¿Estás tratando de olvidarlo, Elaine?

Estúpida obra de teatro. Yo no quería ser Elaine. Elaine es rubia, por el amor de dios, no pelirroja. ¿Qué demonios estaba pensando la señorita Stacy?

—¿Si te digo que no es así, me creerías?

—Eres una mala mentirosa, así que no.

Entrecerré los ojos y él sonrió.

—Nos vemos a las seis, Elaine. Me tendrás que enseñar a patinar porque soy un asco en eso.

𝑮𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕 (𝑨𝒏𝒏𝒆 𝒙 𝑮𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora