Fate: Reach Ou

Capítulo 28: FG2: La torre de Babel

Destino / Alcance

Fuyuki Gaiden 2: La torre de Babel

"¡Oi! ¡Tohsaka-san!"

Me dirigía hacia las escaleras cuando escuché que alguien llamaba mi nombre. Cortésmente me vuelvo para reconocer a Saegusa-san, el joven gerente del equipo de atletismo. Más adelante en el pasillo, vi a sus amigos y compañeros aspirantes a seguir, Makidera-san y Himuro-san, mirándola.

La chica de cabello castaño se detuvo para recuperar el aliento y me sonrió mientras hablaba de nuevo. "¿P-les gustaría hacer algo juntos para la Semana Dorada?"

"Gracias por la oferta, Saegusa-san, pero ya hice planes." Era una línea cuidadosamente ensayada, pero también era la verdad. Casi me sentí mal por tener que rechazar la oferta.

"Oh, ya veo", dijo, abatida. "No quise molestarme-"

"¡¿Planes ?! ¡¿Qué quieres decir con que tienes planes ?!"

Saegusa-san rápidamente se retiró a un lado. Makidera-san, la corredora de pista de piel bronceada, aparentemente estaba molesta por mi respuesta y se acercó a enfrentarme. Al no ver ninguna razón para quedarse de brazos cruzados, Himuro-san siguió para estar junto a Saegusa-san.

"Quiero decir exactamente lo que dije, Makidera-san," le dije con calma. "Tengo planes. ¿Por qué es una sorpresa?"

"¡Porque siempre haces esto!" se quejó, señalando a su jefe de equipo de pista. "Normalmente no me importa si muestras tu 'yo alteza' o no, ¡pero sigues molestando a Yukicchi con tus excusas!"

"E-está bien Kaede-chan", dijo Saegusa-san.

Pero sabía que Makidera-san tenía razón. Saegusa-san era una buena chica, y su cálida sonrisa le ganó fácilmente una pequeña base de fans. Me siento un poco halagada de que se tomara el tiempo de hacer arreglos conmigo, pero su naturaleza relajante fue la razón por la que no podía relajarme con ella.

Y, sin embargo, tampoco podía andar fingiendo estar distante todo el año. Tener muy poca interacción con los demás era tan peligroso como tener demasiada. Ya tengo a Ryuudou-kun convirtiéndome en enemigo público número uno, y preferiría que nadie más comenzara a creerle.

De hecho, preferiría que nadie estuviera constantemente enfrentándose a mí, pero podría importarme menos cierto alguien, ya sea que me ame o me odie. Y no, esta vez estoy hablando de Ryuudou-kun.

"Quizás pueda hacer espacio en mi agenda para el Día del Niño", admití. El Día del Niño estuvo bien, siempre que terminara mis recados en los próximos dos días.

Saegusa-san sonrió y se inclinó. "¡El Día del Niño suena genial! ¡Gracias, Tohsaka-san!"

"Caray, ¿tanto tiempo?" Los ojos de Makidera-san se entrecerraron con sospecha. "No vas a escabullirte de esto como siempre, ¿verdad?"

Yo le sonreí. "¿Qué quieres decir, Makidera-san?"

Ella no tuvo respuesta; estaba demasiado ocupada apartándose de mi cara. "¡N-nada! ¡Solo mantén tu parte del trato!"

"Si eso es todo," les hice una reverencia y me despedí de la escuela.

De día, yo era Rin Tohsaka, modelo y estudiante ideal de Homurahara High School. Yo era el rostro popular entre las estudiantes, tanto respetadas como admiradas desde la distancia. Aunque ninguno de los exámenes físicos o pruebas escolares había comenzado, el año pasado casi los supere.

Pero de noche, yo era Rin Tohsaka, heredero del linaje de los magos Tohsaka, segundo propietario de la ciudad de Fuyuki y un prodigio con afinidad por los cinco elementos. Todas las noches durante la última década he trabajado duro y durante mucho tiempo en la seguridad de mi propiedad, mi taller, para estar a la altura del legado de mi difunto padre. La única ayuda que he tenido es mi tutor para arreglar mis finanzas y enseñarme en lugar de mi padre.