Fate: Reach Ou

Capítulo 27: Nunca es lo mismo

Destino / Alcance

Capítulo 26: Nunca es lo mismo

Estaba casi oscuro cuando Ryotaro Dojima volvió en sí, eso sabía. Rápidamente reconoció su entorno como la habitación de invitados que ocupaba en la casa de Shirou (honestamente, el lugar era tan grande que podía albergar a los cinco con habitaciones de sobra). Trató de pensar en los eventos del día: se despertó dolorido por la noche anterior, desayunó y tuvo una discusión con Taiga. Luego pasaron la tarde comprando, caminaron hasta el parque... y de ahí quedó un espacio en blanco.

Rápidamente se fue y revisó la habitación de Nanako al lado. Para su alivio, ella dormía profundamente, así que al menos no pasó nada malo desde que se desmayó. Deslizó la puerta para cerrarla lo más silenciosamente posible antes de irse a buscar a Shirou y las chicas. Con suerte, podrían arrojar algo de luz sobre lo que sucedió antes.

No llegó muy lejos antes de escuchar un choque, seguido de gritos. La mano del policía alcanzó rápidamente su revólver metido en la funda que tenía en la cintura y lo sacó, permitiendo que el cañón apunte libremente al suelo mientras seguía avanzando. Se escabulló por el pasillo, pisando ligeramente para no anunciar su presencia. Si se trataba de un atraco u otro delito, entonces el pobre idiota había elegido un mal día y lugar para hacerlo.

I ' m de vacaciones, maldita sea, pensó con amargura. ¡Y lo último que necesito esta noche es que un idiota lo arruine!

Dojima dio la vuelta a la esquina a tiempo para ver a Taiga tirando de un hombre más alto que nunca antes había visto hasta el nivel de sus ojos. Después de otro momento tenso, el hombre desempolvó su túnica antes de comentar sobre el té y salir por la puerta principal. Poco después de eso, se acercó a Shirou y lo abrazó y calmó sus lágrimas. Ahora el detective se sintió como si estuviera escuchando a escondidas algo que no debería.

Aun así, al menos su preocupación por algún tipo de desastre era infundada. Por esporádica e impulsiva que fuera la mujer, tenía la cabeza firme sobre los hombros cuando la familia estaba involucrada. Lo que vio hace un momento podría haber sido un raro ejemplo de Taiga asumiendo el papel de tutor legal.

Con una sonrisa, Dojima enfundó su arma y miró en silencio mientras los dos se alejaban. "Acepto tu disculpa, Taiga." Por supuesto, él se lo diría más tarde.

Por ahora, se permitió salir por la puerta principal y tomar un descanso para fumar. A pesar de lo relajante que había sido el viaje lejos del trabajo, aparecían pequeñas cosas que lo estresaban hasta el agotamiento. Sabía que probablemente había más casos que todo el episodio de la cena de anoche, pero por su vida no podía recordar qué.

¿A dónde se fue el tiempo ?, se preguntó. Ya estaba cerca del atardecer y no estaba seguro de si alguien había cenado todavía. Aún así, la vista desde lo alto de la colina fue algo impresionante, ver todas las farolas comenzando a brillar con un color blanco amarillento. Su mirada siguió la calle hacia todos los edificios de estilo oriental, incluso mientras se apoyaba en la puerta de la casa de Emiya y buscaba su encendedor.

La ciudad de Fuyuki era otra cosa, y notó que había más de un automóvil estacionado en la calle. No es que ninguno de ellos fuera ese coche.

Los pensamientos de Ryotaro se desviaron cuando encendió el encendedor de su cigarrillo. Las cosas eran más sencillas cuando Chisato aún estaba vivo. Solo tenía unas pocas cosas de las que preocuparse; trabajar y preparar café, ambas tareas en las que se destacó. Amaba mucho a su hija, pero sentía que a menos que vengara a su madre, no merecía llamarse a sí mismo su padre.

Al menos Nanako estaba feliz ahora. No quería pensar en lo desconsolado que habría estado su hija si hubiera terminado rompiendo otra promesa.

Dojima exhaló una bocanada de humo que se acumulaba en su boca, pero fácilmente podría haber pasado como un suspiro. "Aliado de la justicia", recordó. "Si tan solo tuviera una apariencia de tu optimismo, Shirou."