UN AMOR CASI IRRACIONAL

Capítulo 5

Sus manos se rozaron, ambos sintieron un torrente de electricidad recorrer su cuerpo. Stephanie estaba a punto de gritar al darse cuenta de ello pero, nada ocurrió. Eraserhead se mantenía de pie, no se había desmayado como pasó más temprano con All Might . Y entonces se dio cuenta, el héroe tenía su cabello elevado y en sus ojos resplandecía una luz carmesí. Era obvio, le había borrado su quirk.

- Eraserh... - no terminó su oración cuando el habló.

- Me di cuenta que habías olvidado ponerte de nuevo tus guantes, y activé mi don justo cuando tomé la taza. - le dijo de forma seria.

El lo había previsto todo, justo como debe de actuar un profesional en cualquier lugar y situación.

- Gracias - contestó aliviada, puesto que no quería usar su quirk en él y dañarlo. Se abrazó a si misma mientras tomaba asiento de nuevo.

El pelinegro tomó su regalo y la taza que ella había escogido, dispuso las bolsas de té en ellas mientras esperaban que el agua llegara a su punto de ebullición.

- Es una taza hermosa, gracias, aunque no era necesario gastar en ello. A final de cuentas fui yo quien te hizo romperla por accidente. -  le dijo tranquilamente mientras le daba la espalda, evitando hacer contacto visual.

- Era necesario, por lo que me comentó Yamada, fue un regalo de alguien muy especial y yo la destruí por mi torpeza. Quizás no tenga el mismo valor sentimental, pero quería al menos compensarlo. -

- ¿Yamada? -la miró disimuladamente.  - ¿Por qué no lo llamó por su nombre de héroe? - se preguntó mientras le daba la espalda de nuevo.

- Si, bueno, no era nada, solo un artículo útil.- acotó con un tono molesto.

Stephanie se dió cuenta de ello, quizás le ofendió al entrometerse en su vida privada sin su consentimiento, decidió callar.

Ambos estuvieron en silencio hasta que el agua estuvo lista. El héroe procedió a servirla.

- Gracias -respondió Stephanie mientras daba un sorbo a esa deliciosa bebida herbal.

El tomó asiento frente a ella, dio un par de tragos hasta que decidió hablar.

- ¿Puedo preguntar sobre tu quirk? -dijo de forma casual.

Por un momento Stephanie se sobresaltó por la pregunta. Suspiró al darse cuenta que sería inevitable hablar sobre el tema. Tomó aire y procedió a explicar.

- Bien, como te dije Eraserhead, yo nunca desarrollé mi quirk, por cuestiones del lugar donde vivía. Hasta donde sé, mi quirk se activa mediante el contacto directo de mis manos con otras personas. Al hacerlo, la persona afectada entra en un fuerte trance y se ve obligada a obedecer a todo y hablar con la verdad, después de esto sufren un desmayo y a mi me provoca un dolor de cabeza insoportable, a veces con sangrado de nariz o un desmayo por igual, por lo tanto no puedo usarlo cuantas veces quiera. -  dijo mientras observaba como el vapor del agua se elevaba al techo. 

- Como te puedes dar cuenta, es un quirk inservible en batallas, sobretodo por las consecuencias de usarlo, pero está bien, no es como que yo hubiese querido ser una heroína, no creo que siquiera estuviera dentro de mis posibilidades. - al decir esto último, se quedó mirando un punto fijo en la pared, con su mano sobre la mejilla y una media sonrisa que intentaba disimular una vieja decepción dentro de ella.

El la observaba a través de los mechones de cabello que caían sobre su rostro. Escuchó atentamente cada palabra que salía de sus labios. 

- No pienso que sea un don inservible, por el contrario, si lo hubieses desarrollado bien sería una gran arma contra los villanos. - le intentó confortar con esas palabras. Eraserhead conocía perfectamente ese sentimiento sobre los quirks que no son "llamativos" por no ser de fuerza física. Sabía lo que es ser menospreciado por tener un don que no parecía servir de mucho, aunque por su forma de ser nunca lo demostró.