Los sheriff entraron hablando entre sí ignorando completamente que detrás del mostrador había alguien durmiendo, el encapuchado se volvió visible mientras trataba que el humo de su bomba se desvanezca para no causar muchas sospechas, con una sonrisa algo falsa saludo a los dos adultos mientras nerviosamente miraba cada tanto al egipcio dormir, esperando que por acto de magia se despertace para librarlo del trabajo, los adultos lo ponían incómodo, todos eran iguales, sus miradas siempre parecían tristes por sus vidas aburridas prefiriendo elejir estudiar durante años sin lograr vivir una vida plena llena de emoción y para después condenarse a trabajar por la eternidad, también hablan mucho de la vida de los demás como sí eso fuera un gran tema de conversación pero lo malo de los adultos es que parecen odiar a los niños, no les dejan salir cuando quieren, los obligan a bañarse y lo peor de todo es que le quitan sus dulces, los adultos son lo peor de este mundo siempre se repetía el encapuchado, pero él jamás sería como ellos, su padre tampoco lo era, siempre estaba en el bosque haciendo sus cosas sin pensar en preocupaciones, jamás habla de los demás, nunca parece querer hablar de nada y eso está bien ya que la casa siempre permanecía en un silencio constante que el más mínimo rose en las viejas escaleras de madera provocaban que se pueda escuchar en todas las esquinas, el sheriff reía a carcajadas sobre las cosas que le decía su compañera la pelivioleta, incluso parecían tan distraídos entre ellos que ni notaron la presencia del encapuchado si no fuera porque este tosio para llamarles la atención, tardaron un poco en pedir sus postres puesto que empezaron a querer meterle charla al encapuchado mediante preguntas del tipo "¿como estás tú y tu hermana?" O también "me alegra que estés fuera del bosque, no sueles hacer este tipo de cosas", el encapuchado solo respondía de forma corta y simple tratando de ocultar su irritación, parecía que los sheriff sabían de su incomodidad pero no pararon con sus preguntas, al cabo de unos largos minutos lograron por fin pedir algo, solo 2 cupcakes de vainilla con crema, no sería tan malo si no fuera que esos eran los únicos que no estaban en la vidriera y por lo tanto tendría que ir a la cocina para pedir su preparación, amablemente Leon les pidió que esperaran sentados en las mesas de afuera para que disfruten del hermoso día soleado que habia, ambos sheriff sonrieron y asintieron, los adultos son fáciles de manipular si se usan las palabras y la cara perfecta, con desgano Leon se adentro en la cocina esperando una posible pelea del porque estaba suplantado al egipcio pero para su sorpresa no había nadie ahí, se aventuró más en aquella zona por si talvez esa chica estaba oculta en una esquina o detrás de alguna caja, pero ahí no había nadie salvo la puerta trasera abierta, los delantales estaban colgados y debajo habían bastantes cajas con posiblemente mercadería que fue entregada por estos días, el horno estaba prendido con algunas cosas cocinándose, la mesada estaba totalmente sucia con manchas de colorantes, crema, chispitas y hasta incluso pequeñas montañistas de masa sobre las paredes rosas, aunque eso no era lo malo de la situación, el verdadero problema es que él ahora tendría que cocinar, "Lo abandonas y para colmó dejas un desastre para que limpie" se dijo a sí mismo el encapuchado, su irritación cambio a un enojo fijado hacia la chica asiática, jamás había cocinado algo antes ni mucho menos hacerlo para otras personas, de pronto vio que sobre la sucia mesada se encontraba aquel libro azul oscuro, lo abrió curioso en busca de una solución a su problema y efectivamente lo hizo, era un libro con distintas recetas pero centrado exclusivamente en postres, busco los cupcakes pedidos y se puso a prepararlos, la receta no parecía ser tan complicada pero de la nada los malos recuerdos invadieron sus pensamientos, la cocina es algo tan necesario, en ella se prepara tanto comidas como recuerdos y estos últimos tenían que ser reprimidos para no sentir dolor, eso es lo único bueno que tienen los adultos, reprimen lo que sienten para seguir con sus vidas aburridas o por lo menos los hombres, eso le fue enseñado por su padre, los sentimientos son cosas de mujeres, lloran, gritan, ríen y muchas cosas más, de la nada escucho los ronquidos de él egipcio, logró salir de ese trance, dio un suspiro de alivio y fue a verlo, seguía durmiendo tranquilo pero esta vez estaba completamente tirado en el suelo, eso le dio un poco de gracia al encapuchado, se acercó hasta el egipcio y levantó sus brazos para arrastrarlo a la cocina para luego sentarlo en una silla negra de plástico.
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🍭Leon X Sandy🌟
FanfictionSandy es un chico joven de 15 años que al abandonar su antiguo hogar tendrá que enfrentarse a nuevas adversidades como traumas, nuevas amistades, responsabilidades y amor. DATOS IMPORTANTES: -los personajes le pertenecen a supercell y son parte del...