🍭Leon X Sandy🌟

cap.8🌟Celos (parte 1)🍭

Aún recordaba ese horrible día como si fuera ayer, todo era oscuro y borroso, ya nada importaba, incluso la luna se tiñó de un color rojo al admirar aquel cuerpo que poco a poco dejaba de temblar y lanzar quejidos, las lágrimas no asomaron ni tampoco el arrepentimiento, solo quedaba la espera de que la tortura que vivía se acabara de una vez por todas, nadie lo vería ni lloraria por él, pues quien haría semejante cosa sabiendo la basura que era, mientras el egipcio daba sus últimos suspiros miraba con sus ojos cansados aquella noche, la luna se teñía cada vez más de rojo hasta las estrellas se entristescieron puesto que esa noche no aparecieron en el cielo, pero nada pasó esa noche, lastimosamente lo salvaron o más bien lo condenaron a seguir viviendo como un esclavo, su única salida se había esfumado pero no lograría poder obtener aquella valentía para intentarlo de nuevo, sobretodo con el profundo y agudo dolor que le impactó, con los ojos cristalinos Sandy se despertó de su sueño, las pastillas cumplían perfectamente su cometido de hacerlo dormir pero a costa de que cada noche recordaría lo cobarde y miserable que era, sudaba frío mientras temblaba por los escalofríos, se preguntaba si era normal que una pequeña voz le repitiera que él era el culpable de todo lo que le pasó, cuando logró calmarse miró con desprecio aquellas píldoras, a veces llegó a la idea de dejar de consumirlas pero eso seria imposible puesto que Tara y su doctora lo obliganban a hacerlo, pero él también sabia que conllevaría el volver a no dormir, fuera del constante cansancio y la debilidad en el cuerpo, no quería volver a tener alucinaciones, era sumamente aterradoras, las sombras lo seguían a todas partes mientras le murmuraban que lo mejor para todos era que él desapareciera de este mundo, se sentía sofocado por lo que con pesadez se levantó de su cama y abrió de par en par su ventana, el aire fresco de la mañana golpeó cada parte de su cuerpo, sus cabellos volaban mientras la luz del sol iluminaba el rostro cansado del egipcio, ese momento de paz lo calmó bastante "todo esta bien" se repetía a sí mismo mientras ponía sus manos sobre su cabeza "yo estoy bien", con un último suspiro observo la hora en su reloj, eran las 9:54am en solo 5 minutos Tara o Emz vendrían a su cuarto para ir a desayunar todos juntos, pero hoy no sería ese caso, aún con el pijama puesto y los pies fríos por andar descalzo bajo con lentitud las escaleras para averiguar en donde podría estar su tía, cuando miró por su ventana no pudo verla por el jardín de rosas y jazmines por lo que tendría que estar dentro del palacio, fue a la sala por la cual desayunaban pero ahí no había rastro suyo, confundido decidió ir a la cocina pero solo estaba aquel genio alegre cocinando, entro tímidamente para saludarlo pero seguía sin comprender que idioma era el que ese ser hablaba, aún así con pequeños movimientos de manos y adivinanzas pudo captar algunos mensajes, el egipcio preguntó por su tía pero aquel genio negó con la cabeza y se subió de hombros, con desgano salió de la cocina para seguir en busca de esta pero en un momento en donde el palacio logró estar en completa sincronía con el silencio puedo escuchar un leve murmullo desde uno de los pasillos, en específico a la biblioteca, con curiosidad se acercó cada vez más a ese sitio, la puerta de madera estaba entre abierta y ahí el egipcio asomó su mirada, allí sentada en un largo sofá de color negro con pequeños almohadones blancos y dorados se encontraba Tara, se la veía con varios libros a su alrededor, algunos pergaminos volaban por doquier mientras esta tarareaba una dulce canción, el egipcio apoyo su espalda sobre aquella gruesa puerta y se dejó caer lentamente mientras con los ojos cerrados escuchaba atentamente el melodioso tarareo de su tía.