𝑻𝒓𝒚𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒐 𝒈𝒆𝒕 𝒄𝒍𝒐𝒔𝒆𝒓 𝒕𝒐 𝒚𝒐𝒖

4.4K 492 129
                                    

Óbito después de unos cuantos días y de varias veces ver a Deidara sentado solo en el receso decidió, por fin, tratar de hablar con él.
Para llamar su atención trató ser más ruidoso, hacer alboroto junto sus amigos cerca de Deidara y cosas que solo pasan por la cabeza de un niño, pero parecía que nada daba resultado.

Deidara estaba sentado en el césped bajo un árbol, Óbito dedujo que al rubio le gustaba ese lugar ya que todos los recesos lo veía ahí.
Claro que estaba nervioso y mucho, no lo iba a admitir porque él se consideraba un pequeño hombrecito. Con sus piernas temblando un poco iba dando diminutos pasos hacia aquel solitario rubio.
Al ponerse frente a Deidara agarró coraje para ponerse en cuclillas a la altura del rubio.

- "¡Hola!" - Dijo casi gritando con mucho entusiasmo, ni él mismo sabía de dónde había sacado esa confianza. El rubio se exaltó, Óbito había sido torpe.

- "H-hola" - Musitó Deidara un poco confundido y sorprendido, era muy extraño que alguien le hablara, en su clase todos lo trataban como un bicho raro.

- "¿Cómo te llamas?" - Se sentó junto al rubio mientras mantenía una gran sonrisa en su rostro.

- "¿Y-yo?" - Obviamente ¿Quién más? - "Me llamo De-deidara"

- "Tu nombre es un poco raro" - exclamó el azabache - "Óbito, mi nombre es Óbito"

El timbre sonó avisando el fin del receso y  el inicio de más clases.

- "Te-tengo que irme" - dijo Deidara levantando sus pertenencias del suelo. Se fue caminando rápido mientras luchaba con su mochila porque esta no quería acomodarse en su pequeña espalda.

Óbito quedó sentado ahí, veía como todos los demás eran dirigidos por los profesores hacia sus aulas. No se movía porque quedó embobado en la tierna figura del rubio alejándose.

- "Óbito" - No obtuvo respuesta - "Óbito" - Seguía sin respuesta - "¡Óbito Uchiha!" - La profesora estuvo llamando a Óbito durante mucho tiempo y el azabache parecía que la  ignoraba. 

- "¿Qué ocurre profesora?" - Dijo confundido e hizo que el resto de sus compañeros soltaran unas risitas.

- "¿En qué piensas? Estás muy distraído, por favor pon atención, cariño" - Y siguió su explicación sobre los números y colores.

Lo que no sabían es que la mente de Óbito solo reflejaba el pequeño y dulce rostro de Deidara. ¿Cómo podría Óbito estar así por un niño y no por una niña?

𝑪𝑳𝑨𝒀  | ObideiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora