𝒀𝒐𝒖 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒎𝒆 𝒉𝒂𝒑𝒑𝒚

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Deidara acariciaba la mejilla de Óbito, este quedó paralizado y parecía que iba a explotar de lo sonrojado que estaba.
Pero... ¿Cómo llegaron a esto?

Varias semanas después de presentarse con Deidara, Óbito puso en marcha su plan "Investigar a Deidara" para saber que días iba al parque, hubieron ocasiones donde el rubio casi lo descubría ya que hacía mucho ruido y se tropezaba con las cosas.

- "Tengo que hablar con él de nuevo, solo sé su nombre" - se rascaba la nuca con desespero.

Así que se animó a salir de su escondrijo para volver a hablar con el rubio y saber un poco más de él.
Se fue acercando "silenciosamente" de puntillas en dirección a Deidara. El rubio estaba haciendo unas figurillas de arcilla.
Cuando Óbito se acercó lo suficiente asustó a Deidara con un simple Boo pero el rubio tomó la muñeca de Óbito y la torció muy fuerte.

- "¡Auch!" - se quejó muy fuerte - "¡Para, soy Óbito!" - Deidara lo soltó muy apenado y Óbito escribió no asustar a Deidara en su lista imaginaria de cosas que no debe hacer.

Luego de largas disculpas de Deidara hacia Óbito los dos jugaban con la arcilla del rubio.

Óbito, como el gran tonto que es, aplastó accidentalmente una figura de pececito que recién Deidara había terminado.
Se asustó mucho pensando que el rubio se enfadaría muchísimo y lo golpearía con la increíble fuerza que escondía detrás de ese cuerpo y rostro tan angelical.
Pero eso nunca ocurrió, solo escuchó una expresión de sorpresa seguido de una risita.

- "No te preocupes, los accidentes ocurren" - Tomó la ex-figura mallugada y la apartó.

- "P-pense que te enojarías conmigo" - Dijo mientras jugaba con sus manitas en señal de nerviosismo.

- "No podría enojarme contigo" - Y le dedicó otra sonrisa a Óbito.

El cielo comenzaba a tornarse naranja, seguramente los padres de Óbito y la madre de Deidara estarían inquietos por no saber dónde estaban sus hijos.

- "Tenemos que irnos, es muy tarde" - Trató de levantarse pero el rubio lo detuvo.

- "Muchas gracias" - Mientras lo veía a los ojos acarició la mejilla derecha de Óbito con una linda y sincera sonrisa en sus labios.

Óbito estaba en un completo shock.

- "¡Adiós! - gritó corriendo hacia su hogar pareciendo un tomatito.

Deidara estaba realmente agradecido, nunca nadie había jugado con él a la arcilla, a parte de su madre.
Óbito lo hacía feliz y el brillo en su carita lo confirmaba.

𝑪𝑳𝑨𝒀  | ObideiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora