𝑰 𝒘𝒊𝒍𝒍 𝒑𝒓𝒐𝒕𝒆𝒄𝒕 𝒚𝒐𝒖

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Los amigos de Óbito notaron como este ya no jugaba con ellos en el receso. Antes se daba tiempo para ir con ellos y estar con Deidara. Pero ahora ni siquiera les dirigía la palabra.
Así que se pusieron de acuerdo para ir a buscarlo y preguntarle porque ya no hablaba con ellos.

En cuanto sonó el timbre para avisar la hora de receso los amigos de Óbito salieron rápido del aula para ir a buscar al azabache.

Lo buscaron en el área de juego, la cancha de deportes, el patio principal... Y nada. Parecía que se lo había tragado la tierra.

Recordaban que cuando Óbito les decía que se tenía que ir mencionaba que iba al área verde que está cerca de la cafetería, entonces fueron a buscarlo ahí. Era su última opción.

Se encaminaron hacia ese lugar. Cuando iban llegando lo vieron, y estaba con alguien. Ellos ya sabían que Óbito hablaba con Deidara, pero nunca pensaron que era él con quien siempre iba a ese lugar.

Óbito vió como sus amigos se acercaban y entró en pánico.
¿Y si se daban cuenta de que tenía novio? ¿Y si ya no querían ser amigos de él?

- "Óbito" - El más alto de todos lo llamó - "¿Por qué ya no juegas con nosotros?"

- "Sí, ¿Por qué?" - Por el tono de su voz se deducía que estaba molesto.

- "L-lo siento" - El azabache se relajó al saber que no lo venían a molestar por ser homosexual - "No he tenido tiempo"

- "¿No tienes tiempo para estar con nosotros pero sí para estar con ella?" - Apuntó a Deidara con su dedo.
Los amigos de Óbito confundieron a Deidara con una niña desde siempre. Pero es comprensible, el rubio tenía un aspecto muy femenino y a parte nunca se dignaron a preguntarle a Óbito sobre Deidara.

- "¿Acaso es tu novia?"

- "¿Por ella cambiaste a Rin?" - Se notó el desprecio en sus palabras.

- "No es una niña, es un niño, y les pido que lo respeten" - Ya empezaba a enojarse.

- "¡¿Es niño?! Parece mujer " - Se burló del rubio.

- "¿Y por qué tiene el cabello así de largo?" - Se fue acercando a Deidara - "Que linda princesa" - Lo dijo con sarcasmo antes de agarrar el cabello del rubio y jalarlo.

Habían llegado muy lejos, Óbito estaba muy enojado. A él podían hacerle lo que sea pero a Deidara no.

Reunió todas sus fuerzas para darle un puñetazo en la cara a quién había lastimado a Deidara. No le importaba que lo castigaran, nadie le haría daño a su rubio.

𝑪𝑳𝑨𝒀  | ObideiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora