Hanan Haruno | SAKURA'S SISTER,, pausada

ii.━okaeri

recomendación: fondo blanco

HANAN RIÓ mientras giraba junto a
su rubio amigo en una esquina.
Ambos habían hecho otra de las bromas matutinas que siempre hacía el oji-azul.

No pasó mucho tiempo para que ambos niños fueran atrapados y reprendidos por su sensei. Siendo que a Naruto lo ató con una cuerda y a Hanan la agarró de la mano, arrastrando a ambos hacía la academia. Al llegar a su salón correspondiente, un molesto Iruka obligó a todos a hacer el jutsu de transformación debido a la travesura de ambos infantes.

Naruto le jugó una broma al Umino, haciendo su jutsu sexy. Hanan no pudo evitar reír al ver como su sensei salía volando hacía atrás debido a la gran cantidad de sangre que salía de su nariz.

—¡Pervertido!—le gritó la pelirrosa a su maestro mientras se escondía tras Shikamaru y reía.

Al final, Hanan y Naruto terminaron castigados, teniendo que limpiar el desastre que hicieron en el Monte Hokage.

La pelirrosa suspiró y miró al cielo, notando como el mismo empezaba a tomar colores naranjos.

«Mamá debe de estar muy molesta conmigo» pensó con una mueca. Su madre era muy estricta en cuanto a ella se trataba, con Sakura podía ser mucho más permisiva, pero Hanan sabía que su progenitora la amaba.

Su atención volvió a su compañero cuando lo escuchó gritarle a su maestro que de todas formas él no tenía a nadie que lo esperara en casa. Eso le hizo trizas el corazón.

En menos de quince minutos la de ojos azules terminó de limpiar su parte y se despidió de Iruka y Naruto. Corrió apurada en dirección a su casa, pero antes de llegar a la misma dió un cruce en una calle, llevándola hacía otro lado de la aldea.

«Mamá va a matarme».

Naruto suspiró mientras entraba a su departamento, a pesar de haber comido ramen de Ichiraku con Iruka-sensei aún se sentía triste.

Grata fue su sorpresa al notar lo ordenado que estaba su departamento y el rico olor a soba que provenía de su cocina. Confundido, fue a la misma, encontrando a su amiga cocinando.

Rebeldes lágrimas escaparon de sus ojos al recordar lo que había dicho en la tarde.

—Okaeri Naruto-kun—el rubio sollozó—, ¿ya ves que siempre vas a tener a alguien esperándote en casa, Naruto?—el Uzumaki se lanzó a los brazos de su amiga, llorando en el pecho de la más alta.

Tal vez no eran familia de sangre, pero ambos tenían un lazo mucho más fuerte que cualquier similitud biológica.

━━━━━━━━❀━━━━━━━

━━━━━━━━❀━━━━━━━━