Malas Noticias. Parte 2

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–Ella entró es estado de coma.

Esas palabras resonaban en la cabeza del rubio. Tanto él como sus padres estaban sorprendidos y preocupados, en cambio a los Williams ella no parecía importarles en lo más mínimo.

–Kensi... -susurró Chris comenzando a sollozar, su madre lo abrazó hasta que se calmó. La recepcionista del hospital era amiga de laseñora Adams, así que le pidió que le avisara si había algún cambio con Kensi y Tom.

Luego de que revisaran a Chris sus padres decidieron que era hora de marcharse a casa, dejando a Noelia y Alfred solos.

Dos semanas después del accidente, Tom había recuperado el conocimiento, todos sus amigos habían ido a visitarlo, hasta tenía una carta de Abby y Ty, al parecer después de todo si se habían marchado. Pero no había señales de Kensi y aunque pedía ir a verla, sus padres se lo impedían.
Un día en el que sus padres no estaban se escabulló de su habitación para buscar la de su hermana, luego de preguntar a un par de enfermeras una por fin le ayudó, le dijo que lo llevaría a la habitación donde se encontraba Kensi con la condición de que ella lo llevaría en silla de ruedas, él aceptó y subió en la que ella le había traído. Cuando llegaron a su destino Tom le pidió a la enfermera que lo acercara a la cama.

Él se sorprendió al verla conectada a tantos cables, la enfermera, una mujer de unos treinta años llamada Carla Shaun, y que al parecer estaba al cuidado de Kensi, lo miró con tristeza, le dijo que en el accidente ella se golpeó la cabeza y había entrado en coma, además de que no mostraba señales de mejora, él miró a su alrededor, mientras su habitación tenía muchos arreglos florales, cartas de sus amigos y regalos, ahí solo había un ramo de flores y un oso de peluche junto a una carta, ambos con tarjetas, vio los nombres en ellas, las flores eran de Alex y el oso y la carta eran de Abby y Ty.

–¿Quién ha venido a verla? -le preguntó triste, ella agachó un poco la cabeza y suspiró.

–Un chico llamado Alex, viene de vez en cuando, -hizo una pausa y señaló al muñeco. –el oso lo trajo él, dijo que su mejor amiga se lo envió y le pidió que lo trajera de su parte.

–¿Solo Alex ha venido? ¿Y qué hay de mis padres? ¿Y Chris?

–Ellos no han venido. -a Tom se le hizo un nudo en la garganta. –ya debemos volver.

–Antes te importaría darme un lápiz y papel. -luego de escribirle una carta, abrir el sobre de la carta de Abby y dejarla la suya allí, le dio un beso a Kensi en la frente y se marchó. Al llegar a su habitación se metió en la cama, le agradeció a Carla por haberlo llevado, tomó su celular y le marcó a Alex.

Hola Tom. -saludó su amigo al otro lado del teléfono, hubo un silencio que lo preocupó. –¿todo en orden?

–Al, debo pedirte un favor.

Te escucho. -respondió dudoso. Tom sonrió un momento.

–Necesito que entres en mi casa, vayas a la habitación de Kensi y—

Pisa el freno. Tom no puedo hacer eso, es ilegal. -dijo alarmado. En ese momento pensaba que estaba loco.

–Al, sabes que lo haría yo mismo pero no puedo, esto es importante. -hablaba casi desesperado, Alex estaba dudando; ¿romper la ley o ayudar a tu amigo?

–De acuerdo -dijo luego de un largo suspiro. Había elegido la segunda opción. –¿Qué quieres que haga en su habitación?

–Hay una caja bajo su cama, dentro hay un collar que tiene una "K", sacalo traelo al hospital, escondelo hasta que ella despierte y dáselo, y guarda la caja en un lugar seguro, donde solo tú sepas dónde esté.

–Bien, lo haré. Adiós Tom.

–Gracias Al, adiós -luego de colgar dejó el teléfono a su lado y vio hacia la ventana.

Algún día todo cambiaráDonde viven las historias. Descúbrelo ahora