ᴘᴇɴsᴀᴍɪᴇɴᴛᴏs ᴅᴇ ᴜɴᴀ ᴄʜɪᴄᴀ ᴛʀɪsᴛᴇ🍁

mentiras.

Algo anda mal nuevamente.
Puedo sentirlo, sentirlo armarse en mi interior, puedo empezar a palparlo, como la brisa fresca instantes antes de que el cielo se torne oscuro.

La duda nace con su llegada y me siento a esperar su ataque, pero mi enemigo es fuerte y audaz, como lo soy yo cuando me enfrento a él. Jamás revela su posición, cuál enfermedad silenciosa se mete despacio y desarma lento todo, esperando su momento oportuno para detonar.

Los días continúan con normalidad y la piel empieza a descoserce lentamente, tal cual muñeca de trapo mi interior se desgarra.

"¿Pero que va mal?"
"Estos meses han sido de tanta paz, no entiendo, estoy bien."

La confusión se abre paso en la mi cabeza y empiezo a dudar. El no entender hace efecto y las cosas del ayer parecen más lejanas de lo que deberían. Las señales se muestran con claridad en el ahora, cuando ya no queda mucho que hacer.

"Realmente estaba bien o solo pretendía creer que lo estaba?"

Tal vez me estoy adelantando y esto simplemente es una sensación. Una tortura sin consistencia.

O tal vez quiero convencerme de ello, que es un sentir más, por pura cobardía.

Pero en el fondo sé que no es así. Hay algo que jamás se recompuso desde la última vez, hay algo que se perdió. En el fondo de mi corazón se que se acabó.

No les voy a mentir, no quiero tener que afrontar esto otra vez, como si pudiera medirlo cuál miden las olas de un enorme tsunami, sé que su magnitud va superarme. Va derribarme.

En mi interior, se remueve la bestia hambrienta de mis desgracias y desaciertos, expectante a mi primer fallo para imponerse y atacar, desgarrar con sus dientes mi carne y comerme por dentro todo lo que en mi pudiera aspirar a una vida. Tan lento como asesino en su última jugada, va dejando pistas pero es inútil.

Ya estoy dentro de la tormenta.

Volví a caer en una mentira.
En mis mentiras.

me gustaría hablar realmente de todo esto que me está condenando, porque un día va comerme en serio. Quiero sacarlo de mi tan rápido como pueda pero seamos honestos, realmente hay alguien dispuesto a escuchar? A escuchar en serio? Estoy asustada, cuál niña pequeña abandonada en medio de una calle de una ciudad gris, los ojos aguados y la voz quebrada. El terror se apodera de mi poco e inestable control y de alguna forma me convence de que está vuelta va ser más dura, como demonio escapado del mismo infierno, de mi infierno, se acerca por mi espalda y me susurra cosas tan horribles que me aterra abrir los ojos y darme cuenta de ello.

Darme cuenta de que aquel que tanto pavor me genera tiene razón.

No estoy soñando, está es mi realidad.