X2|• kookmin.

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El vivir cada día para Park Jimin.

Era un asco...

— ¿Vienes ya?— pregunto por segunda vez.

— Si— asintió siguiendo a quien se suponía sería su prometida en un futuro.

Hay miles de manera de echar tu vida a perder.
Park Jimin lo supo cuando dejó de ser el.

Al comienzo sabía quién era y lo que quería en su vida, pero con el pasar del tiempo todo se fue. Sus amigos, quienes dijeron que jamás lo harían, el amor de sus padres, de los cuáles se alejó cada vez más, sus metas y sueños, porque hoy en día él no sabía quién rayos era o que quería de su vida.

Park Jimin perdió todo...a veces solo deseaba cerrar sus ojos y jamás volver a abrirlos.

Hay personas que ven la muerte como algo malo, que piensan que quienes quieren dejar este mundo son solo personas que están mal de la cabeza. Si, quizás esas personas no entienden que ellas solo quieren descansar, que quizás sienten que no están hechas para este mundo y ya.

¿Por qué no respetar los deseos de cada quien?

— Jimin!!— sonrió Soyeon al ver al castaño.

— Hey— saludo apenas con una pequeña sonrisa.

Cada fiesta era extraña, jamás había asistido a una en el pasado, no es porque no fuera invitado, es solo que a veces no quería ir y ya, la verdad era que siempre se consideró muy diferente a los demás.

Las fiestas.

El bullicio.

Y esas personas que solo sabían hablar mal de los demás, eso no era lo suyo.
Y por ser así y pensar de esa forma todos lo consideraban un completo extraño.

— Iré al baño— susurro en el oído de Ji Eun.

— Está bien— asintió tiernamente mientras seguía la charla con sus amigas.

Él y Ji Eun no se conocían verdaderamente, aunque ella creía que si y estaba enamorada de él. Pero Jimin sabía que no era cierto, eso no estaba bien porque era inútil estar con alguien a quien crees conocer. Aún así no entendía el porqué seguía a su lado, no entendía el porqué no le decía que no.

Maldición, Park Jimin no entendía porque aún seguía en ese estúpido mundo de mierda...

— Quizás sea...¿Por qué también eres un estúpido Park?— murmuró en una silenciosa pregunta para sí mismo.

En ese momento solo le bastó un máximo de veinte segundos para enfrentarse a su reflejo en el espejo y suspirar decidido a salir de allí.

En momentos asi no lo piensas dos veces, no importa cuánto lo analices, la respuesta es la misma...
Él solo salió de esa casa ignorando a Ji Eun por completo quien seguía hablando con sus amigas en una esquina, se montó en su coche y condujo por las calles de Seúl hasta el puente central, estacionó a una orilla y bajó. Despeino sus cabellos con una de sus manos y grito con todas sus fuerzas mientras se tomaba de la barrandilla, sus manos temblaban y no podía creer lo que haría a continuación.

Una vez sintió que ya no tenía nada más dentro de sí, suspiro y observó la hermosa vista de la cuidad.

__ ¿Cómo puede algo tan bello estar lleno de personas tan crueles?__ susurro.

Se quedó allí de pié por casi una hora y tomando valor subió a la barrandilla apoyándose de uno de los postes a su lado, miro hacia abajo tomando una pequeña bocanada de aire.

__ Debí hacer esto mucho antes...__ susurro antes de solo inclinarse hacia adelante.

Iba a hacerlo, iba acabar con todo, con él, con sus problemas, con sus miedos, con todo lo que sentía...pero no pudo, no le fue posible pues alguien tomo su mano con rapidez.