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Solo estaba allí, sentado y con la vista en su plato sobre la mesa observando fijamente el cuchillo. En verdad le cansaba tener ese tipo de pensamientos, pero no podía evitarlos, ellos llegaban así nada más a su cabeza.

¿Iba a hacerlo?

Quizás...

Quizás solo debía de tomarlo y...animarse a terminar con todo ¿no?

Pero como siempre, nada sale como Park Jimin quiere.

__Dios, esto ya parece una mala película!!__ suspiro mientras se ponía de pie saliendo de la cocina camino a la sala__ Qué!!__ ppregunto en un grito sobresaltando al pelinegro del otro lado de la puerta.

__¿Tienes azúcar?__pregunto en apenas un susurro.

__¿Qué?__ para ese entonces ya tenía un pequeño tic en su ojo izquierdo.

__Azúcar Park ¿tienes?__pregunto  esta vez más confiado__ Bote la mía al piso.

__Debería de cerrar la puerta en tu feo rostro e ignorar esto.

__Deberías, pero no lo harás__ sonrió__No eres de ese ti- __callo porque efectivamente Park Jimin había cerrado la puerta en su cara__Ohhh vamos Park!!__golpeó nuevamente.

Del otro lado Jimin se paseaba por su departamentos muy tranquilamente, podría soportarlo, seh... podría.


Siete minutos después.

Habían pasado siete malditos minutos y esa rata mutante seguía tocando su puerta una y otra vez sin descanso.

__¿Por qué? Por qué!?!-__suspiro negando con si cabeza mientras se ponía de pie y caminaba hasta la puerta abriendola.

__¿Me das azúcar?__sonrió tiernamente__ En verdad quiero tomar mi té uno tengo azúcar Park, se solidario por una vez con tu amado y sexy vecino.

Si, Jeon jungkook era completamente extraño, Jimin llevaba casi un mes de conocerlo, y ya sabía bastante de él. El Pelinegro siempre lo molestaba, solía encontrarlo en los pasillos al salir, en la entrada, en el café de a una cuadra e incluso en el mercado. Quizás se veía como alguien rudo pues era bastante alto y por su contextura se notaba que hacía ejercicio, tenía algunos tatuajes en sus manos y brazos, simples no muy elaborados, cabello oscuro y un piercing en su labio inferior y su ceja.

Pero...

Era todo lo contrario, esa imagen de chico rudo quedaba a la deriva cuando lo conocías verdaderamente. El chico parecía más un niño, cantaba por los pasillos saltando los azulejos sin tocar las líneas, amaba escuchar musica de grupos de chicas, fanáticos de las galletas, con una sería obsesión con las zanahorias, parecía amar los días lluviosos pues la última vez que eso ocurrió lo encontró fuera observando el cielo nublado mientras disfrutaba de las gotas de lluvia en su rostro.

__Eres insoportable lo sabías ¿ no?__ suspiro dándose la vuelta para ir por esa maldita azúcar.

__Y tú muy lindo__sonrió siguiéndolo dentro, era la primera ves que estaba en su departamento__Vaya...__ silbó observando cada detalle.

Las paredes estaban pintadas de un verde limón, el sofá de color negro junto a los demás muebles completamente blancos, era simple y lindo. Siguiendo a Jimin a la cocina, se apoyó en el umbral de la puerta observándolo en silencio.

__¿No pudiste solo comprar más?__murmuró echando un poco de azúcar en un pequeño recipiente.

__Si, pero quería verte__suspiro__ No te he visto en todo el día...eso no es nada bueno.

X2|• kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora